Humo, humo y más humo. Carmena, la alcaldesa que tiene toda Madrid llena de zanjas y obras, cuando llegó al poder dijo que en la capital del reino de España había dos mil niños que pasaban hambre. Al cabo de cuatro días ese asunto se esfumó: o lo resolvieron o era mentira o lo olvidaron. Luego está el asunto de los desahuciados que fue lo que llevó a las poltronas a Podemos. Ya gobernando este partido con su válido Sánchez a escala nacional, parece que lo de los desahuciados o está resuelto o lo han olvidado porque hay asuntos de mucha enjundia como la tumba de Franco, la mezquita de Córdoba y ahora los toros. Coleta de Galapagar quiere hacer un referéndum para quitar las corridas de toros y las dehesas, con sus alcornoques, y de paso, ver qué hacemos con la caza. A él no le gusta el arte de la tauromaquia y tampoco Delibes ni la caza de animales. Otro tipo de caza igual le gusta porque cainizar un país eso sí que es caza mayor. No sé si Coleta comerá carne o será vegetariano, aunque cortar un nabo también es grave porque un vegetal también tiene vida, pero sí sé que la frivolidad de estas tribus no tiene límites: son miles de puestos de trabajo los que se derivan tanto de los toros como la caza, más la tranquilidad que tiene vivir en el campo donde no hay ni porretas compulsivos ni botellón ni asaltacapillas (aunque éstas se suelen casar en fincas rústicas). Si la gente humilde se queda sin curro parece que les importa un pito, ellos tienen curro seguro y miras históricas más importantes, y dicen que no les gusta la caza. Pero si es a lo que se dedican todo el rato.