En estos tiempos de posverdad, donde las redes sociales y las ‘fake news’ compiten con el periodismo, los medios de comunicación tenemos el deber de denunciar la hipocresía de aquellos líderes políticos y de los partidos políticos en los que parasitan, que mienten a la ciudadanía como bellacos. Con un cinismo que supera todo lo descriptible, pretenden hacer ver que el negro es blanco y que el blanco es negro. Y así, mintiéndonos a la puñetera cara, con gran convicción y voz engolada, interpretando un burdo papel, farsantes de primer orden, pretenden hacer ver que la mare de Deu nom Joana. Siempre cuentan con un nutrido grupo de corifeos armados con un perfil real y varias decenas de perfiles falsos en las redes sociales, cobardes asquerosos, que aventarán las mentiras y despellejarán a quien ose ponerlas en cuestión. Tenemos el deber de desenmascarar a estos fariseos que pretenden gobernar y ser reconocidos por todos como ciudadanos honorables cuando no son más que rufianes. También los hay que se hinchan la boca de hablar de transparencia, dan lecciones de democracia, de ética, de honestidad y sin embargo, emboscados en un cargo público, ponen todas las trabas del mundo a los medios de comunicación con la única finalidad de que la prensa no se haga con la información que busca. Se permiten el lujo de no conceder entrevistas, no responder a los requerimientos de información, decir que no se harán declaraciones sobre un tema u otro, etc. El Ayuntamiento de Sant Antoni afirmó que no se harían declaraciones sobre los contenedores abandonados en la cantera de Can Coix. Pero ayer Reinicia utilizó Facebook para dar una explicación deplorable, a la vez que se burlaban de este periódico. Así entienden ellos la libertad de prensa. Y ellos se dicen regeneradores de la democracia.