El Evangelio nos habla de la Parusía, es decir, de la segunda venida de Jesucristo al mundo, lleno de poder y majestad. También nos habla el Señor que habrá fuerzas cósmicas, señales prodigiosas, una tan grande tribulación como no la hubo desde el principio de la creación que hizo Dios, hasta ahora, ni la habrá. Los discípulos de Jesús, siguiendo las ideas judaicas de la época, no concebían una separación entre la ruina de Jerusalén que tuvo lugar el años 70, y el fin del mundo. La destrucción de la Ciudad Santa es figura del fin del mundo. “ El cielo y la tierra pasarán ,pero mis palabras no pasarán”. Expresa así que lo que El ha dicho se cumplirá indefectiblemente.

Sólo quien es Señor del Universo tiene bajo su potestad cuanto existe y Jesús ha recibido del Padre todo poder sobre los cielos y la tierra. ¿ Para qué ha de volver Jesucristo al mundo?. Cómo decimos en el Credo: «Desde allí ( el Cielo) ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos».

¿De qué nos juzgará el Señor? Del mal que hayamos hecho y del bien que hemos dejado de hacer. Hemos pecado de pensamiento, palabra, obra y omisión. Que nuestro adorable Redentor pueda decirnos a todos y a cada uno de nosotros: «Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del Reino preparado para nosotros desde la creación del mundo».