Ayer martes la declaración institucional a favor del Día contra la Violencia a las Mujeres estaba bloqueada en el Parlament. No es que algún grupo estuviese en contra de su redacción o plantease añadir nuevos contenidos. El verdadero motivo es que el diputado por Ibiza Salvador Aguilera, antes de Podemos y ahora tránsfuga, lo había bloqueado. La crónica política de Ultima Hora explicaba, además, que Aguilera, que ha ejercido provisionalmente como portavoz del Grupo Mixto, se ha opuesto porque, argumenta, no tiene los medios necesarios para ejercer su trabajo de diputado. Hace tiempo que Aguilera exige un despacho propio en el Parlament, y no sé si también quiere un secretario y chófer, aunque tampoco me extrañaría. Otra excompañera de Podemos, Montse Seijas, se pasa los plenos del Parlament de pie en la Cámara autonómica en señal de protesta porque no se sienta donde ella cree que debe sentarse. Aguilera y Seijas pertenecían, recuerden, al partido que iba a acabar con los privilegios de los políticos, de la casta, del Ibex y no sé cuántas cosas más. En realidad, han demostrado que el poco tiempo que les queda en el cargo, apenas tres meses, quieren sacar el máximo provecho de un puesto que ni ellos hubiesen soñado ni los ciudadanos hubiéramos imaginado ni en nuestras peores pesadillas. Deben saber los ciudadanos que estos personajes se llevan 3.000 euros al mes, tienen tres meses de vacaciones remuneradas, además de dietas para pagarse el hotel, para desayunar, comer y cenar, y billetes gratis cada vez que viajan a Mallorca. Pese a ello, no se conforman y el tal Aguilera, famoso por su ¡Viva España! en una intervención que fue objeto de mofa en todas las televisiones, ahora amenaza con votar en contra de una declaración contra la Violencia a las Mujeres. Todo un personaje que ha aportado muy poco a la política ibicenca.