El almirante William H. McRaven pasó a la historia por dirigir aquel comando que localizó la casa de Bin Laden en Pakistán. Entró en ella y se cepilló al entonces enemigo público y privado número uno de los Estados Unidos.

Este militar gringo ha escrito un libro malucho, no sé si ha plantado un árbol, pero ha dicho una frase que me gusta y se puede aplicar completamente a la penosa situación política española: «Si quieres cambiar el mundo, haz la cama cada día». Y en eso es en lo que no consiste precisamente la política de Tesinando Sánchez y adláteres, y muy especialmente de quien tiene a la Benemérita vigilando veinticuatro horas su mansión de Galapagar, sir Pablo Iglesias.

Estos, con el Echenique y el Errejón black beca, nos quieren cambiar el mundo, pero sin tener en cuenta lo que ha dicho el almirante McRaven, que primero hay que hacer la cama, y sobre todo que no nos tienen que hacer la cama para cambiarnos a su mundo que es, a mi juicio, sumamente tópico y limitado teniendo como tótem nada menos que a Expropiénle y al autobusero Maduro (que es un Sol como ha dicho Errejón, que en Venezuela todo el mundo vive de puta madre).

Los grandes ideogramas no se cambian a base de universales y de repetir postverdades como papagayos, sino empezando por las pequeñas cosas, por hacer la cama, por el presupuesto y la gestión, por tener una buena educación, por no estar todo el día pendiente de los curas y de la momia de Franco, por levantarte del asiento del autobús cuando sube una «agüela», por ser empresario y estar orgulloso de crear puestos de trabajo para tus paisanos; esas son las pequeñas cosas porque de las grandes estamos ya hasta el gorro frigio.