En lineas generales, es positivo plantearse retos y trabajar lo necesario para alcanzarlos. Hay retos individuales, que provocan satisfacción personal cuando se superan y otros colectivos que acaban aportando numerosos beneficios al conjunto de la sociedad.

Uno de estos retos colectivos, que hace muchos años que de algún modo viene planteándose en Eivissa y Formentera, es el de la posible gestión integral e insular del agua.
Al hilo de esta idea, se puede manejar otro concepto que en este caso resulta clave, y es el de ‘proximidad’. Y si a la posible gestión integral, le sumamos la posibilidad de que esa gestión sea lo más próxima posible; parece evidente que ese es el camino a seguir para resolver los problemas que en materia de agua sufrimos en nuestras islas.

Es este un reto pendiente en el que vale la pena trabajar seriamente de una vez por todas, ya que sin duda alguna, superarlo equivaldrá a numerosos beneficios para nuestra sociedad.
Tradicionalmente, se viene argumentando la dificultad económica que llevaría esa posible gestión insular, cuando la realidad es que en la misma ya van implícitos los recursos económicos suficientes, que deberían permitir mejorar sustancialmente los servicios y las infraestructuras; tanto de producción y abastecimiento, como de depuración.

Hacer frente de forma más eficiente a los problemas con las depuradoras, desalinizadoras, recogida de pluviales, emisarios, distribución en alta, en baja, fugas en la red insular de distribución, etc.; pasa sin duda por conseguir una gestión mas cercana, mas directa. La superación de este reto supondría una evidente mejora en el día a día de la población residente, supondría la posibilidad de una oferta mejorada por parte de nuestra principal industria, el turismo; y por supuesto supondría una mayor capacidad de desarrollo sostenible de nuestro territorio.

El agua, es un elemento fundamental en el presente y el futuro de nuestras islas y por tanto de nuestra sociedad. La gestión que hagamos de la misma, incide directa indirectamente en nuestro entorno, en la preservación de nuestro territorio, de nuestros mares, en una mejor gestión del urbanismo; en resumen en la capacidad de un desarrollo sostenible.

Por todo ello, vale la pena coger el toro por los cuernos cuanto antes y entre todos luchar decididamente por el objetivo común de conseguir esa gestión integral e insular del agua.
Eivissa y Formentera, lo agradecerán.