El recurso admitido a trámite por el Tribunal Supremo sobre la paralización de la exhumación de Franco de la basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, que demuestra la falta de argumentación jurídica sólida y la precipitación de la ministra Delgado, es ya la puntilla del gobierno de Sánchez, un gobierno completamente desnortado y chapucero, que llegó con una moción de censura cuyo objetivo era convocar elecciones y no para perpetuarse en el cargo a golpe de decreto ley.

Los logros del gobierno de Tesinando Sánchez son impresionantes: el más importante es el que nos ha engañado a todos al no convocar elecciones. Luego no van a poder exhumar a Franco. Además han propiciado el avance ya fuerte de Vox. Han parado el crecimiento económico.

Y por si fuera poco han mostrado su apoyo explícito tanto a la dictadura de Maduro como a la de Castro II a quien, encima, le regalaron la silla (balear) de Antonio Maceo. Por si fuera poco, Sánchez se está cargando a borbotones su propio partido del que veremos qué restos quedan, dada la velocidad a la que lo está demoliendo.

Así las cosas, lo lógico es que Sánchez convoque lo más pronto elecciones, que haga sus últimos viajes internacionales como presidente en su Falcon (no sé, le debe quedar por visitar la Polinesia Francesa y las isla Guam, que fue española, lo digo por si le sirve de excusa para justificar esa viaje y las ostras con champán del menú a bordo).

Y ya como expresidente se retire, por ejemplo, a la hospedería de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, a la necesaria soledad que debería tener para acabar como Dios manda su tesis doctoral. Además en esta hospedería se está de maravilla y sirven una excelente cocina casera por 11 euros.