Los presupuestos generales del Estado de la era interestelar de Sánchez suponen un agravio muy importante para las Islas Baleares y demuestran, una vez más, que Ibiza apenas existe. Se va a invertir menos que en tiempos de Rajoy, lo que ya es decir, pero con la diferencia de que ahora gobiernan tanto en el Estado como en la Comunidad Autónoma aquellos que iban a arreglar el mundo. Lógicamente nadie va a protestar, ni va a salir a la calle porque ¿cómo vas a salir a la calle si quienes desgobiernan dicen que son de izquierdas? Aquí las mareas salen a la calle para protestar contra un partido que ni siquiera tiene representación alguna, de momento. Me refiero a Vox. Sánchez, en vez de venirse con el falcon a Ibiza para terminar el Parador Nacional, pues le da a la máquina de la deuda pública para enchufar un montón de millones a Cataluña y a la Comunidad Valenciana. Por su parte, la representante de Pedro Sánchez en Baleares, Francina Armengol, que llegó a la presidencia con la eterna letanía socialista de lo mal que trataba el Estado pepero-rajoyano a Baleares, se encuentra ahora con que su amigo Pedro trata a las Islas mucho peor que aquel presidente que ahora es registrador de la propiedad. Galicia, La Rioja y Baleares son las comunidades más perjudicadas por Sánchez. La primera por razones obvias: allí manda el pepero Feijóo. La segunda porque así las empresas se van con más razón al País Vasco. ¿Y Baleares? ¿Por qué tenemos que pagar la cuenta de un señor que hace lo que sea para mantenerse en el poder con 84 escaños y se alía hasta con el diablo y sin Fausto? Baleares no pesa nada en la política nacional. ¿Para qué tenemos a Francina Armengol?