En estos días, desde el pasado día el viernes 18 hasta el viernes dia 25, fiesta de la Conversión de San Pablo, los cristianos estamos celebrando un octavario de oración por la unidad de los cristianos: católicos, ortodoxos, protestantes, etc. Nunca podemos olvidar que el gran deseo de Cristo es que todos sus discípulos y seguidores estemos unidos. Y es un deseo del Señor que se nos torna necesario para realizar la misión que Él entregó a su Iglesia, pues sin unidad, sin comunión plena, no hay un anuncio con la sólida fuerza creíble del Evangelio para los hombres.

Circunstancias diversas hicieron que los discípulos de Jesús rompiésemos la comunión y hoy, la situación histórica que vivimos los hombres, nos está mostrando la urgencia de la unidad. Hay que decir a todos los hombres que solamente en el Evangelio de Jesús está la salvación esperada y deseada, «porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el cual ellos deben ser salvados» (Hch 4, 12).

Las congregaciones y parroquias de todo el mundo organizan intercambios de predicadores o celebraciones y cultos ecuménicos especiales. El evento en el que tiene su origen esta experiencia única es la Semana de oración por la unidad de los cristianos. Y aquí en Ibiza, habiendo buenas comunidades de estos aspectos critianos, en estos días nos renunimos en diversas capillas de esas comunidades y hacemos la oración y procuramos estar cada vez más unidos. Hoy en concreto lo haremos a las 17.00 horas en la Parroquia de San Pablo.
Estas fechas fueron propuestas en 1908 por Paul Watson para cubrir el periodo entre la fiesta de san Pedro y la de san Pablo. Son unos días de súplica a la Santísima Trinidad pidiendo el pleno cumplimiento de las palabras del Señor en la Última Cena: «Padre Santo, guarda en tu nombre a aquellos que me has dado, para que sean uno como nosotros» (Juan 17,11)

En el Octavario por la Unión de los Cristianos pedimos por nuestros hermanos separados; hemos de buscar lo que nos une, sin ceder en cuestiones de fe y moral. Con ocasión de este octavario podemos dar un paso en ese identificarnos con los mismos sentimientos de Jesús. Concretar oración y mortificación pidiendo por la unidad de la Iglesia y de los cristianos. Este fue uno de los grandes deseos de Juan Pablo II (Encíclica Ut unum sint, nn. 1 a 4), y lo fue asimismo de Benedicto XVI, y ahora el buen Papa Francisco, que buscando esa unidad hahecho varios ciares al respecto: a Egipto en abril de 2017, Suocesia en noviembre de 2016, a Georgia y Acerbayán en octubre de 2016, su declaración en Cuba con el Patriarca de Moscú en Cuba en febrero de 2016, y con el Patriarca Bartolomé en Tierra Santa el 25 de mayo de 2014, etc.

Busquemos la unidad de los cristianos. oremos por ella. La unidad la da Jesucristo. Por eso es normal que cuando queremos algo pongamos nuestra vida en sus manos. Siempre lo hacemos así, aunque estos días pedimos al Señor con especial intensidad que nos otorgue la unidad y la comunión. Esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos tiene un lema que arranca de lo más profundo de nosotros esa petición: «Actúa siempre con toda justicia». Es verdad que la unidad y la comunión son esencia de nuestra identidad y, por tanto, de nuestro ser de cristianos. Esa esencia nos la entregó el Señor el día de nuestro Bautismo al darnos su misma Vida. El tesoro precisamente es eso que puso el Señor en nosotros, la unidad y la comunión.

El Octavario concluye conmemorando la conversión de San Pablo. El martirio de San Esteban, dice San Agustín, fue la semilla que logró la conversión del Apóstol. Dice textualmente: «Si Esteban no hubiera orado a Dios la Iglesia no tendría a Pablo» (cfr. S. Agustín, Serm, 315,7).

Que estos días, pues, con oración a Dios y con afecto, nos hagamos más hermanos y amigos todos los que somos cristianos, seguidores de Jesús y cumplidores de sus palabras.