La semana pasada se denunció un intento de violación en Formentera. Los dos agresores amenazaron verbalmente a la victima diciéndole: «Te queremos follar», le tocaron el pecho, la tiraron al suelo y le propinaron patadas en la cabeza y el coxis. La aparición de la mascota de la chica hizo huir a los atacantes. Según figura en la denuncia, los agresores son dos jóvenes de entre 16 y 20 años. A la espera de que la Guardia Civil dé con los autores y se depuren responsabilidades, actos como este nos deben hacer reflexionar sobre algunas cosas.

El año pasado el estudio Sextima encargado conjuntamente por los dos Consells pitiusos, con encuestas a jóvenes de entre 12 y 17 años de Formentera y Eivissa, dejaba algunos datos especialmente preocupantes. El 27% utilizan la pornografía como fuente de información para la sexualidad, algo que sin duda hace que los adolescentes tengan una percepción totalmente distorsionada de las relaciones sexuales. Un 35% nunca ha hablado de sexo con sus padres. Un 13% de las chicas encuestadas admitió haberse sentido presionada para colgar fotos o videos suyos de contenido sexual en Internet. ¿Qué estamos haciendo? Añadiremos que el 25% de los adolescentes de Formentera y Eivissa admiten que sus parejas controlan el contenido de su whatsapp y que a un 27% de los chicos y a un 8% de las chicas, las personas homosexuales les provocan rechazo.

El gran seguimiento mediático de casos como el de «La manada» o el de Laura Luelmo, entre muchos otros, hacen que las violaciones estén a la orden del día en nuestras vidas, casi como algo normal. No hay más que poner la tele y ver el espectáculo en el que se acaban convirtiendo algunos casos. Eso no es informar. Todos debemos reflexionar sobre cómo evitar que estas situaciones se vuelvan a repetir.