Hay que felicitar al PP de Balears y a Biel Company por haberse librado de José Ramón Bauzá de una vez. Es lo mejor que ha podido hacer el farmacéutico. Lástima que haya tardado tanto y que su desabrida actuación, tan sobreactuada como de costumbre, sea extemporánea. Al final de su mandato senatorial, sus discrepancias con su formación suenan a impostura. No son discrepancias, fue que no lo pueden ni ver. Su carta de despedida (a falta de formalizar su salida tanto en el Senado como en el PP) más parece una solicitud de trabajo. No está claro a quién ni dónde, porque aunque muchos presupongan que se está ofreciendo a Vox, el único partido al que él podría votar, eso es mucho elucubrar.

Jorge Campos, presidente de Vox en Balears, fue un alto cargo del Govern de Bauzá como director general de la Fundación Balears Sostenible. En julio de 2011 dimitió por sus discrepancias ideológicas con el Govern y por tanto, con Bauzá. Y es que siempre ha habido posturas moderadas y posturas radicales. Bauzá opta por las segundas y lanza reproches a quien se ubica en la moderación. Para Bauzá, que Company quiera ganar las elecciones y volver a gobernar es algo imperdonable. Y eso, con los postulados que Bauzá defiende es imposible como ya se comprobó. Y menos si no se logra la mayoría absoluta y hay que buscar el apoyo de otros partidos.

Acostumbramos a magnificar la capacidad destructiva de los expresidentes. Si un día lo fueron es porque recibieron los votos para serlo. Y si se equivocaron, para eso están las urnas, para poner a cada cual en su sitio. Pero por más que Bauzá fuese un mal presidente del Govern y peor presidente del PP, un día fue Molt Honorable President del Govern. Democrática, legal y legítimamente. Que desde Podemos se le difame llamándole «molt poc honorable Bauzá» es intolerable. Hay que tener respeto por las instituciones y por el electorado que lo puso cuatro años en el Consolat de Mar. Que igual que le puso, le sacó.

Bauzá se equivocó mucho. Se trata de alguien desubicado. El PP no debió haber sido nunca su partido, pues sus postulados políticos nunca fueron los del PP de Balears. De ahí que lo llevase hasta posiciones que los votantes del PP «de toda la vida» no pudieron respaldar. Y ahí que lo dejaron, con su anticatalanismo rancio, su soberbia y su rodillo. Si el PP es ahora un partido que Bauzá no podría votar, hay que reconocer a Company el éxito. Los militantes del PP tampoco pudieron votar a Bauzá.