La Fiscalía está investigando la concesión de la Escuela de Vela de Sant Antoni, y sobre todo se centrará en las gestiones realizadas por el alcalde, Josep Tur Cires, y el teniente de alcalde, Pablo Valdés, un asunto que se ha impulsado después de una denuncia anónima. Debe ser algo importante porque ya sabemos que la Fiscalía en Ibiza no actúa, ni mucho menos, igual que la de Mallorca.

Ahora deberá determinarse si Valdés y Cires actuaron conforme a la Ley con la concesión de la Escuela de Vela. Aunque no conozco el fondo del asunto, y tampoco me atrevo a decir si tiene fundamento jurídico, sí parece evidente que es más que incompatible que Cires haya compaginado la presidencia del Club Náutico de Sant Antoni con la alcaldía del municipio. Incluso para el propio Cires habrá sido complicado pensar en cada momento si actuaba como presidente de Es Nàutic o como primer edil, en una clara confrontación de intereses. Por puro decoro y sentido común, Cires tendría que haber dimitido de su cargo en el Club Náutico, pero no lo hizo, y en el municipio todos hablaban de esta evidente incompatibilidad pero nadie ha dicho nada, ni lo han cuestionado, ni ha advertido que se podrían producir conflictos de intereses. Con la postura del Ayuntamiento con respecto al puerto, por ejemplo, ¿pesaba más la presidencia del Club Náutico o la alcaldía a la hora de tomar una posición?

Evidentemente parece un tema menor comparado con la concesión del agua y también respecto al uso de una tránsfuga para seguir gobernando. Eso sin olvidar el procesamiento de la concejal Aída Alcaraz. Pero la incompatibilidad de Cires, por muy legal que fuese, se tendría que haber evitado. Estas cosas para los dirigentes del tripartito, no deben tener la más mínima importancia. Por lo que les queda ya...