A punto de finalizar la legislatura, vamos despejando alguna de las incógnitas que durante los últimos tres años y medio han permanecido ocultas. En su momento llamó la atención que el alcalde de Sant Antoni, José Tur, se aferrara al cargo de presidente de Es Nàutic. En su día, Pep ‘Cires’ dijo que no había ningún tipo de incompatibilidad pero, a mi entender, ha sido muy poco ético que él haya liderado, sin sonrojarse, la propuesta de que en el puerto de Sant Antoni no puedan desembarcar mercancías, un aspecto que daría un valor añadido a los amarres del Club Náutico que preside. ¿De verdad que no existe ninguna incompatibilidad? Ahora ya se sabe por qué no soltaba el carguito. Duda resuelta.

Y lo del caso del concurso del agua ya es de traca. Al inicio de la legislatura los ayuntamientos de Eivissa y Sant Antoni decidieron iniciar los trámites para formar una mancomunidad del agua y compartir sinergias para dar un mejor servicio al consumidor. Sin embargo, a Sant Antoni le entraron las prisas en 2017 porque lo importante ya no era compartir costes con otro ayuntamiento, sino poder adjudicar este servicio antes de que acabara la legislatura. Y en este asunto está empeñado el alcalde y todo su equipo de gobierno, incluida la tránsfuga Cristina Ribas, cuya situación en El PI era tan insostenible que no ha podido aguantar hasta mayo para romper el carné. Pero aquí es ‘Cires’ quien, sin ningún rubor, se salta a la torera el Pacto Antitransfuguismo y defiende la gestión de Ribas al frente de Urbanisme, el área del Ayuntamiento de Sant Antoni que peor funciona, sin ninguna duda. ¿Nadie en el PSOE piensa decir nada? ¿A quién pretenden engañar? A mí, no. Yo no tengo ninguna duda.