El presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Torres, pronunció el habitual discurso institucional que se lleva a cabo cada año con motivo del Dia de Balears, en el auditorio de Cas Serres. Un discurso que suele estar centrado en reivindicar el Estatut d’Autonomia de 1983 y que así fue recogido también por Torres en su discurso. Hasta aquí, la solemnidad habitual de este tipo de actos. Lo que llamó la atención, sin embargo, fue que el presidente utilizara el discurso institucional para hacer campaña electoral, defender su gestión al frente del Consell y elogiar algunas de las últimas medidas aprobadas, como el Régimen Especial de Balears. Llama la atención, sobre todo, porque son los mismos que acusan al PP de hacer de las instituciones su cortijo, de confundir la institucionalidad con el partidismo político y que hacen gala de transparencia y regeneración democrática. El elogio a la aprobación del REB, tal vez, tenía todavía un pase, pues es una reivindicación histórica de la ciudadanía de las cuatro islas que conforman el archipiélago balear, no tanto afirmaciones como «no nos podemos permitir retroceder 30 o 40 años en el tiempo», después de citar todos y cada uno de los supuestos logros de tu mandato. Flaco favor hacen los gobernantes a la imagen de unas instituciones, ya de por sí muy deterioradas ante la opinión pública, cuando éstas se utilizan para defender unos intereses en particular, sin tener en cuenta que eres el presidente de todos y cada uno de los ibicencos e ibicencas, tanto de los que te han votado como de los que ni siquiera se acercaron al colegio electoral a depositar voto alguno. Si nos podemos permitir o no «retroceder» 30 o 40 años en el tiempo, suponemos que en referencia a un gobierno a la andaluza en Ibiza, ya lo decidirán los ciudadanos en las urnas. Mientras tanto, los gobernantes que nos representan a todos deberían dar más ejemplo de decoro democrático.