Resulta que al gabinete de prensa del Consell de Formentera no le gustan que sus noticias vayan cerca de anuncios de Vox. No sea que se contagien de los fachas, los ultras, los franquistas y no sé cuántas cosas más. Me hubiese gustado saber si el PP llega a suspender una campaña publicitaria por no coincidir con anuncios de Podemos, la que se hubiese montado en Formentera. Y cuántas cartas de indignación periodística hubiera provocado la medida, además de lazos, decenas de tuits y comunicados varios. Pero aquí una institución, con el dinero de todos, se atreve a decir dónde van los anuncios de un medio privado y nadie, salvo el Periódico de Ibiza y Formentera, denuncia las tropelías de un Consell Insular donde el sentido común y la mesura se ha perdido desde hace tiempo.
Aún recuerdo al gerente cuando convocó una rueda de prensa para explicar el motivo por el cual la institución había contratado en dos ocasiones el despacho de arquitectos de su hermana y cuñado en Rotterdam. Las explicaciones de Isidor Torres ya pasarán a la historia de los ridículos y, por cierto, aún espero que algún colega se solidarice conmigo ante el hecho de que un cargo o político utilizase una rueda de prensa para atacarme personalmente y, para más inri, atribuirme una noticia que nunca escribí y un cargo que nunca tuve. Da igual. Torres y quien le permite que haga estas cosas, seguirán gobernando el Consell de Formentera como si fuese un cortijo, y lo más preocupante es que nada de lo que hagan llamará la atención, ni será noticia, y las denuncias de la oposición se quedarán en un triste breve. Si hacen lo que hacen públicamente, no me quiero ni imaginar de qué serán capaces cuando no tienen que dar cuenta. Mejor ni pensarlo.