Hace unas semanas hablaba con un empresario sobre el destino de la ecotasa. Me decía que muchos clientes preguntaban en sus hoteles, concretamente en Ibiza, qué uso se le daba. Nos vino a la cabeza la reforma del paseo de ses Figueretes -para el que van más de 2,5 millones de euros- y que ayer se abrió parcialmente ¡porque empiezan a llegar turistas! O quizás por las elecciones. El Ayuntamiento dice que han optado por la apertura paulatina para que los comercios de la zona puedan empezar a trabajar. Para el empresario, este proyecto no cumplía con la propia definición de ‘ecotasa’ que habla de una tasa que se cobra al turista para destinarse a la protección ambiental. Si bien es cierto que en este tramo había problemas que solventar, seguramente la ciudad tenga otros que también requieran de parte de ese impuesto: como los vertidos. Talamanca lleva tres días recibiendo aguas sucias procedentes del antiguo emisario y aquí nadie sabe nada, bueno sí.

El Ministerio para la Transición Ecológica avisó a Abaqua de que iba a reconectar el viejo emisario para evacuar el agua procedente de las obras de construcción del tanque de tormentas, sin decir cuándo, y se autorizó. Nadie se preocupó de hacer comprobaciones después de que dejara de usarse en 2017. Parece ser que el argumento -supongo que de ‘necesidad’- del Ministerio era suficiente. Lo era cuando lo hablaron porque ahora se preguntan cómo ha podido pasar y, de repente, Medi Ambient se pone a hacer papeles para retirar este emisario que daban por muerto, pero que todo apunta a que estaba de parranda. Y todo eso ¡en plena llegada de turistas! Porque no nos olvidemos de que aquí se hace todo de cara a la temporada alta ¿o a las elecciones? Será que los negocios del paseo que abrían en invierno -que los hay- estos meses han subsistido del aire y que el antiguo emisario de Talamanca podría seguir donde está si el vertido hubiera sido en enero. Las mejoras bienvenidas sean, pero no solo para los de fuera.