Se debate mucho estos días sobre la polarización política. Se dice que es necesario extremar las soluciones, que las políticas de la centralidad han desaparecido. Se argumenta que hay que ser simplista en los planteamientos, que el brindis de los Tercios de Flandes quedará mucho mejor que si se propone alguna cosa. «Venga y pasee durante 26 minutos sin decir nada, su sola presencia sanará todos los males» o simplemente «Diga: Vamos. No explique a dónde, ni con quién con un vamos y su efigie macroniana bastará». Estos parecen ser todos los argumentos de estas elecciones generales y sin embargo, en mi opinión, solo será así si la gran mayoría calla, si ante el pasmo de la proliferación de opciones políticas insustanciales u opiniones intrascendentes la gran mayoría de ciudadanos que apuestan por las reformas y la centralidad se resignan y se conforman.

Los 26 minutos de paseo de Sánchez por Vara de Rey el otro día son la perfecta metáfora del paseo de Sánchez estos diez meses socialistas en el gobierno de la nación. Se asumió el gobierno simplemente para pasear y han bastado diez meses para demostrar la desatención a los problemas de los ciudadanos. Dos ejemplos: viene Sánchez y pasea pero nadie de su gobierno se ha dignado a interesarse por la situación de los Juzgados de Ibiza tras el incendio; viene Sánchez y pasea en la misma semana que su gobierno decide inundar de aguas negras la bahía de Talamanca con total impunidad obligando a su cierre durante tres días. Estos diez meses nos han devuelto al pasado en que las depuradoras o los juzgados nunca se construían pero bastaba hablar mucho de ello para seguir paseando.

Los españoles hemos hecho, juntos, un gran esfuerzo para salir con rapidez de una durísima crisis económica, para pasar de la destrucción de empleo a la creación de puestos de trabajo, del decrecimiento al crecimiento económico, de incrementar la desigualdad y la exclusión social a reducirla. Hemos hecho todo eso porque el gran proyecto en común de estos últimos años ha sido no perder las riendas de nuestro propio futuro. Lo han hecho nuestros empresarios y trabajadores aguantando en los momentos duros y asumiendo el riesgo para la recuperación. Lo han hecho nuestras entidades del tercer sector social, multiplicándose para que no cayera la red de seguridad que durante años han tejido para hacer la sociedad más inclusiva que hoy somos. Y lo han hecho también nuestros servidores públicos en el ámbito educativo, de la salud o de la seguridad para que las administraciones pudieran salir de la quiebra y seguir prestando los servicios públicos que les corresponden.

Hemos hecho todo eso y queda mucho por hacer pero todo ello no se hace paseando o con un simple ‘vamos’, no se hace disfrazando de centro políticas huecas aunque sean muy televisivas, ni se hace recitando o describiendo los problemas sin proponer solución viable alguna ni proponiendo una cosa o su contraria dependiendo de dónde soplara el viento. Lo hemos hecho implementando políticas serias, sin demagogias, con honestidad, con aciertos y con errores pero sabiendo que para progresar es necesario el esfuerzo. Nadie que prometa todo sin ningún esfuerzo debería ser creído, nadie que crea que paseando se resuelven los problemas confiará en las mejores posibilidades de todos antes que solo en él mismo, nadie –en fin- que antes que escuchar se pase el día escuchándose merece confianza.

Y ante todo ello, ante la disyuntiva de recuperar el pulso y las reformas en nuestro país y en nuestra isla o echar el freno a la recuperación y al empleo. Ante la disyuntiva de confiar en las políticas serias, en las soluciones complejas porque la realidad es compleja o volver a la inconsistencia y al eslogan que nada resuelve. Ante todo ello la solución no es dividir los esfuerzos, ni apostar por los que no pueden ser alternativa porque solo aspiran a ser el apoyo de unos u otros. La solución no es conformarse o resignarse.

En la perspectiva del próximo domingo 28 de abril la España y la Ibiza reformista y moderada no puede callar ni quedarse en casa porque ello no es solución de nada, porque ello es dejar el futuro en manos de los que proponen para los próximos años las mismas políticas antiguas del pasado. El próximo domingo día 28 la solución es una gran mayoría para las reformas, la solución es azul.