En estas elecciones se ha hecho realidad aquella famosa frase de «divide y vencerás». Con la división del voto de derechas, el PSOE ha conseguido la victoria en estas elecciones y muy mal tendrían que irle las cosas a Sánchez para no conformar una mayoría y ser investido presidente del Gobierno. En clave estatal, y también balear, y en menor medida en Ibiza, el descalabro del PP ha sido histórico, y ojo ante lo que puede ocurrir dentro de un mes. Si los dirigentes populares se las prometían felices y creían que recuperarían las principales instituciones de las islas en mayo, que no se descuiden o volverán a vivir otra noche electoral de pesadilla. Habrá que ver cómo se reconvierte en este mes el voto útil hacia PP, si es que tiene margen de mejora, que no está nada claro. Porque no hay duda de que la irrupción de Vox ha sido la gran novedad de estas elecciones, pero quedan algo lejos de sus aspiraciones y de la gran expectación que el partido de Abascal estaba creando en los actos que organizaban. Y evidentemente uno de los grandes vencedores ha sido Ciudadanos, que en Balears ha superado al PP y que se ha quedado a las puertas de ser la segunda fuerza política por detrás de los socialistas. Ahora la pelota está en el tejado de Ciudadanos, que si juega bien sus cartas puede convertirse en la segunda fuerza a nivel nacional si el PP no reacciona y no recupera parte de su electorado. Dicho esto, sumen votos y verán que hay poca diferencia entre la suma de la izquierda y el centro derecha, pero evidentemente los repartos siempre perjudican a los menos votados. Con la división de la derecha, Sánchez ha ganado y sus oponentes políticos deberían leerse con mucho más interés su «Manual de supervivencia».