El otro día me saltó una noticia de las ‘12 mejores playas’ de España. A priori piensas: tienen que haber varias de Baleares. Pues no, una en Menorca y otra en Formentera. ¿Nadie se ha fijado en Ibiza? Personalmente hay muchas que me parecen paradisíacas y que nada tienen que envidiar, por su color cristalino, a las del Caribe.

Si lo miramos desde otro punto de vista igual podemos encontrar una explicación lógica. Para que una playa sea elegida como ‘la mejor’ tiene que reunir una serie de factores, entre los que está el de estar limpia. Aquí vemos cada semana como un grupo de voluntarios se dedica a quitar toda la basura que hay en nuestro litoral, que no es poca. Lo hacen de forma altruista y no reciben ningún tipo de ayuda. Ahí está el problema. Y ahí la solución. Alardeamos de que vivimos del turismo, pero se nos olvida cuidar lo que tenemos.

De nada sirve construir hotelazos, ampliar la oferta de servicios y vender la marca Ibiza en el extranjero si no apostamos por cuidar aquello que nos permite tener todo esto. Ahora que estamos en plena campaña, echo de menos más medidas al respecto. Está muy bien que se quiera una transición a la movilidad eléctrica, que se quiera tener agua potable en todas las casas, etc. Lo aplaudo y lo comparto. Pero también está bien destinar recursos y dinero a limpiar y conservar nuestras playas. Al fin y al cabo, sin ellas, no tendríamos turistas. Y si no tenemos turistas ya saben lo que pasaría.