Hace unos días los medios de comunicación se hicieron eco de un estudio elaborado por la Universitat de les illes Baleares (UIB), cuya principal conclusión era que ocho de las principales pruebas deportivas que se disputaron en Ibiza el año pasado generaron un impacto económico de 13,15 millones de euros. El trabajo analizó La Ruta de la Sal, los Europeos de Multideporte, la Ibiza Marathon (con su prueba de 42 kilómetros y la de 10), la Ibiza Trail, los 3 Días Trail, la Vuelta a Ibiza MTB, la Vuelta a Ibiza de ciclismo en carretera y la Ibiza Media Maratón. Según leemos en esos mismos medios, todos estos eventos «combinaron el binomio de turismo y deporte, que es muy interesante y permiten desestacionalizar la temporada turística, ya que se celebraron antes y después de la misma».

En este punto habría que añadir que muchas de esas pruebas deportivas contaron con el apoyo económico a través de sponsors de significados establecimientos de ocio de Ibiza. Y también habría que apuntar que ese respaldo financiero del sector del ocio no sólo se manifiesta en esas grandes competiciones deportivas, sino que a lo largo de la geografía de Ibiza son muchos los clubs de deporte base que también completan sus equipaciones gracias a la sponsorización de conocidos locales de ocio.

Afortunadamente, cada vez hay más empresarios del sector con arraigo en la isla, concienciados del compromiso y la responsabilidad que tienen de compartir con la sociedad ibicenca los beneficios generados por la actividad que desarrollan. En el sector del ocio, ese compromiso no sólo se circunscribe al ámbito deportivo, sino que también se extiende a la colaboración con eventos, organizaciones sin ánimo de lucro y mecenazgos en favor de la investigación, la defensa del patrimonio y la promoción de talento.

Los destinatarios son en su mayor parte entidades o colectivos que necesitan de la colaboración altruista para poder llevar a cabo su labor humanitaria y/o de compromiso apoyo y servicio a la sociedad. Muchos de estos empresarios del ocio trabajan además codo con codo con las instituciones insulares y se esfuerzan en cultivar relaciones basadas en el interés mutuo de mejorar y apoyar el tejido económico y social de Ibiza. Se trata de empresarios nacidos en la isla o que residen desde hace años en ella y que conocen de primera mano las carencias y las necesidades de sus convecinos.

No obstante, es evidente que aún queda mucho camino por recorrer y que también hay empresarios sin arraigo o sin convicciones sociales que sólo buscan el dinero fácil y rápido. Locales que exprimen la temporada al límite, sin profesionalidad y que, tras dejar tras de sí denuncias vecinales por ruido, suciedad y expedientes abiertos por las autoridades de turno, cierran sus puertas de la misma forma que las abrieron. El trabajo será erradicar este tipo de empresarios y en su defecto intentar abrirles los ojos y demostrarles que su responsabilidad es el compromiso con las personas con las que convive.