Las fuerzas que formaron el tripartito en Sant Antoni sufrieron un auténtico varapalo el pasado 26 de mayo. La coalición PSOE y Reinicia perdió más de 900 votos y dos regidores en comparación con las elecciones de 2015, mientras que Proposta per Eivissa (PxE) consiguió 700 sufragios y dos concejales menos que El PI hace cuatro años. Una derrota sin paliativos que a algunos todavía les cuesta a aceptar. Al igual que en 2015 el pueblo de Sant Antoni apostó claramente por un cambio de rumbo, en esta ocasión ha castigado duramente a los diferentes socios del tripartito y otorgando la victoria al Partido Popular. Sin embargo, las matemáticas todavía hacen posible una suma de perdedores entre PSOE-Reinicia, Unidas Podemos y PxE. Durante las últimas dos semanas el concejal electo de Proposta per Eivissa, Joan Torres, se ha dejado querer por unos y otros y ha mareado la perdiz consciente del poder que tiene para inclinar la balanza. La decisión más lógica sería que Torres apoyara a sus antiguos socios de equipo de gobierno si no fuera porque en la lista del PSOE figura una tránsfuga del PI y no hace ni una semana que uno de los miembros de Reinicia le ha acusado de querer cobrar por no hacer nada en el Ayuntamiento. La más sensata, sin embargo, sería que se abstuviera en el pleno del sábado y trabajara desde la oposición, que es donde le han puesto los ciudadanos, y llegara a acuerdos puntuales con el PP y Ciudadanos en beneficio de Sant Antoni. Un único concejal no puede tener en jaque a todo un municipio. Veremos.