Este domingo en la Iglesia Católica celebramos solemnemente la fiesta de la Santísima Trinidad. El día de la Santísima Trinidad es una de las festividades más grandes después de la Pascua y la Navidad. Siempre se celebra el domingo de la séptima semana después de la Pascua.

La Santísima Trinidad es ciertamente un misterio, una verdad de fe que Dios nos ha ido revelando poco a poco: un sólo Dios en tres personas distintas. El misterio central de la fe y de la vida cristiana es el misterio de la Santísima Trinidad. Los cristianos son bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Esta fiesta comenzó a celebrarse hacia el año 1000, y fueron los monjes los que asignaron el domingo después de Pentecostés para su celebración. El domingo de la Santísima Trinidad fue instituido relativamente tarde, pero fue precedido por siglos de devoción al misterio que celebra. Fue en 1334 cuando el papa Juan XXII la introdujo como fiesta oficialmente en la Iglesia.

Celebrar esta solemnidad tiene sentido, puesto que por el Espíritu Santo llegamos a creer y a reconocer la Trinidad de personas en el único Dios verdadero. La Santísima Trinidad es ciertamente un misterio, pero un misterio en el cual nosotros estamos inmersos.
El misterio de la Santísima Trinidad -un sólo Dios en tres Personas distintas-, es el misterio central de la fe y de la vida cristiana, pues es el misterio de Dios en Sí mismo.

Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primero que entendieron los apóstoles. Después de la Resurrección, comprendieron que Jesús era el Salvador enviado por el Padre. Y, cuando experimentaron la acción del Espíritu Santo dentro de sus corazones en Pentecostés, comprendieron que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Los católicos creemos que la Trinidad es Una. No creemos en tres dioses, sino en un sólo Dios en tres Personas distintas. No es que Dios esté dividido en tres, pues cada una de las tres Personas es enteramente Dios.

Padre, Hijo y Espíritu Santo tienen la misma naturaleza, la misma divinidad, la misma eternidad, el mismo poder, la misma perfección; son un sólo Dios. Además, sabemos que cada una de las Personas de la Santísima Trinidad está totalmente contenida en las otras dos, pues hay una comunión perfecta entre ellas.

Con todo, las Personas de la Santísima Trinidad son distintas entre sí, dada la diversidad de su misión: Dios Hijo -por quien son todas las cosas- es enviado por Dios Padre, es nuestro Salvador. Dios Espíritu Santo -en quien son todas las cosas- es el enviado por el Padre y por el Hijo, es nuestro Santificador.

Que participando hoy en la celebración de la Santa Misa, escuchando la palabra de Dios y acogiendo sus enseñanzas, tengamos un buen conocimiento de Dios Padre que nos creó, de Dios Hijo Jesús que nos redimió y de Dios Espiritu Santo, de los cuales hemos recibido nuestra buena enseñanza, la fuerza y ser buenos y caritativos como son y actúan ellos.