¿Sigue siendo la mafia indígena la más poderosa en las Pitiusas? Tengo mis dudas, pues actualmente comparte el poder con muy visibles grupos delictivos (antes venían a divertirse y ahora luchan por un trozo de tarta) llegados de la península, Inglaterra, el Magreb, Italia, Holanda, Este de Europa, Nigeria… Drogas, prostitución, alcohol adulterado, extorsión y perversos equipos de inseguridad para malear el parque temático de la fiesta electrónica.

La mafia en origen fue una buena idea para que los isleños se protegieran de los continuos ataques del exterior. Un grupo nativo se hacía fuerte y arreglaba situaciones incomprensibles para un forastero. A menudo el padrino era un tipo querido, una especie de jefe de la tribu. Antes que a la Ley obedecían su propio código ético, a la costumbre de la tierra. Y entonces había unos límites, discreción y alergia a esa tonta manía de presumir.

Muchos historiadores italianos coinciden en que la mafia es realmente un invento español. Y Mario Puzo opinaba que la primera banda mafiosa de la historia fueron los sensuales valencianos Borgia.

Pero cuando los límites se exceden y las sombras salen a la luz, el hedor resulta inaguantable. Y algo huele a podrido en los veranos ibicencos desde hace décadas. Por eso alegra saber que vendrán más efectivos de la Guardia Civil gracias a un convenio con hoteles de San Antonio, la mejor localidad geográfica de las Pitiusas (tan estúpidamente maltratada), que tiene urgente necesidad de orden y meter en vereda a tanta mafia que parece actuar impunemente.

O eso o el Far West.