Se supone que los políticos y las administraciones están para agilizar la vida de los ciudadanos y llevar a la práctica el clamor social. Pues parece que no es así, están para crear burocracia, entorpecer con mil papeleos a quienes les pagan el sueldo con sus impuestos y para el «vuelva usted mañana» que sigue tan vigente como en tiempos de Larra. Es verdad que ahora ese «vuelva usted mañana» es con transición ecológica, postverdades y demás chuminadas y chuminados. Los políticos, ¿están para solucionar cosas o para enredar? Veamos: los ibicencos no quieren que se maten las cabras de Es Vedrá, quieren que las saquen de aquel islote sagrado y sobrevivan en Ibiza. Y es entonces cuando se cruza el político de turno, en este caso don Miquel Mir Gual, jefe máximo de Medio Ambiente —que como decía mi maestro Cela es término equívoco porque no se puede ser ministro, o consejero, de la mitad del Ambiente—y no se da por aludido: que no ha recibido debidamente sellado, con póliza y todas las intervenciones inspectoras habidas y por haber, la carta en la que se le sugiere a las claras que facilite por teletransporte o en drones o en globo aerostático, o abriendo el mar como hizo Moisés, la salida honrosa del ganado caprino que está rumiando lo endémico de Es Vedrá. El jefe de la Mitad del Ambiente, Miquel Mir, exige metodología, informes sanitarios para poder traer los caprinos a Ibiza y demás burocracias antiaftosa. Miquel, no creo que sea tan difícil solucionar presto el asunto de las cabras, que no es la negociación del brexit. La política actual es el arte de hacer complicado lo sencillo: ¡ni que tuvieran que transportar elefantes o leones del Serengeti!