En esta semana tenemos la suerte y la alegría de celebrar las fiestas de nuestros patronos eclesiales: mañana día 5 la fiesta de la Virgen de las Nieves y el jueves día 8 la fiesta de San Ciriaco. Estos dos santos fueron los protectores hace más de siete siglos, ya casi ocho siglos, de que nuestras buenas y fenomenales islas de Ibiza y Formentera volvieran a ser lugares cristianos, como lo fueron antes en los primeros tiempos de la vida cristiana en el mundo.

A la Virgen de las Nieves nos hemos ido preparando a su fiesta con un buen triduo, que desde hace unos años hemos celebrado, los días 1, 2 y 3 de este mes en la Parroquia de Santa Cruz, depositando allí su imagen en esos días y ayer, sábado, al acabar el triduo hicimos la procesión de devolución de la imagen a su lugar fenomenal en la Catedral; mañana lunes tendremos tres Misas: una a las 7,30 de la mañana, otra a las 10,30 y por la tarde a las 19, a la cual asisten también muchas de nuestras autoridades civiles. A San Ciriaco tendremos la Misa el día 8 a las 11 de la mañana, con una buena participación de algunos miembros del Consell Insular y de otras autoridades, y después haremos una procesión con su imagen desde la Catedral a la Parroquia de San Pedro, parando y agradeciéndole a ese buen santo su acción en el lugar de la entrada de los cristianos en 1434, ese lugar donde una imagen de San Ciriaco lo hace presente a todos los que pasan por allí a lo largo del año.

Las fiestas de los santos no son solo para exaltarles y engrandecerles, sino también para, aprendiendo cosas que ellos han hecho en amor a Dios y bien de los demás, tenerlo nosotros presentes y procurar hacerlo también en nuestros años de vida en la tierra.

A la Virgen María, que vivió siempre con Jesús en los años que Él estuvo en la tierra, que fue persona bondadosa y misericordiosa, Jesús le encargó desde la Cruz que fuera madre espiritual y protectora de todas las personas. Y así desde entonces y desde el cielo lo hace y en todos los lugares de la tierra, sin excepción, se pueden ver esas ayudas. Si la Virgen actuó y actúa así es una buena enseñanza para todos nosotros: podemos contar con su ayuda y protección y hemos de imitarla en esas acciones para bien de los demás.

San Ciriaco que era miembro activo, diácono de la Iglesia de Roma, que vivió haciendo el bien y anunciando la Palabra de Dios, lo celebramos con alegría el día 8, día que también es la fiesta del Consell Insular de Ibiza. Viviendo en ese Iglesia, sirviendo como diácono, San Ciriaco llevó una existencia digna y alcanzó la palma del martirio. El es un hermoso testimonio de cómo la fe cristiana se expresa en un servicio generoso, aunque a veces arriesgado, a los hermanos. Hoy, al celebrar su fiesta en nuestra Diócesis que lo tiene como Patrón, recibimos su invitación a seguir sus pasos, a llevar una existencia marcada por la escucha y el anuncio de la Palabra de vida, lo cual nos llevará a una vida honrada, digna a los ojos de Dios y de los hombres, una vida fecunda en buenas obras, en definitiva, una vida que vale la pena ser vivida. La existencia terrena de San Ciriaco acabó, como la de tantos cristianos, con el martirio, es decir, con la confesión de la fe a precio de la propia sangre.

Ese día de la fiesta de San Ciriaco, el 8 de agosto pero del año 1235 una expedición catalana-aragonesa conquistó a los sarracenos, que las habían invadido siglos atrás, las Islas de Ibiza y Formentera. Con la conquista de las Islas Pitiusas del ocho de agosto se daba inicio a una nueva etapa, caracterizada por la recuperación de la fe cristiana como motor de la vida de los habitantes de estas tierras, así como por un nuevo régimen, una nueva cultura, lo cual creó una sociedad nueva y mejor. Con las necesarias adaptaciones derivadas del paso del tiempo, ese es el marco sociocultural del que nos sentimos satisfechos y que debemos preservar y ofrecer al conjunto de personas y pueblos que entran en contacto con nosotros.

En estas buenas fiestas, ahora más de siete siglos después de aquella gloriosa fecha, nos encontramos con el compromiso de afianzar aquel camino emprendido. Afianzar el camino porque el cristianismo es una importante aportación a nuestra vida. Ya lo escribía Mons. Isidro Macabich cuando en el Himne a Santa María dice: «Set segles fa que dalt la host desfeta/ refloriren fe, llengua y llibertat…. Que sempre, Verge Pia, guard nostra terra tan preuat tresor.. per ser i mostrar-mos sempre, dins i fora, fills d’Eivissa, d’Espanya i de la Creu. Avui i sempre sia veu de sa nostra terra aquest clamor».

Buenas fiestas y cumplamos esos compromisos.