Sumergidos en pleno verano, llega el abismo de agosto para los pequeños y las dudas para los padres. ¿Qué debo hacer con mi hijo este mes y pico que resta hasta que empiece el colegio? ¿Debe estudiar durante el verano aunque haya rendido satisfactoriamente durante el curso escolar? ¿Es bueno mantener el hábito del trabajo, o es preferible una desconexión total? ¿Se desaprende durante estos dos meses de actividad? Según opinan algunos de los expertos consultados, una respuesta generalizada y rápida es que sí. Es conveniente dedicar un rato al día a hacer algún tipo de actividad relacionada con el ámbito escolar. Menos acuerdo hay respecto a qué tipo de actividades son más convenientes. La literatura académica revela que dos meses de inactividad con todo lo relacionado con el estudio provocan una cierta pérdida de lo aprendido. Hay pedagogos que creen que es importante reforzar porque de lo contrario, los niños, en septiembre se pasan 15 días repasando lo del año anterior. Y según ellos es absolutamente necesario reforzar en verano. Para mí, el verano es más sensorial que material, el estudio no se resume en coger un cuaderno y en hacer actividades, el estudio también es experiencia, el estudio también es observación, el estudio también es contacto con la naturaleza, el estudio también es descubrimiento. Y el verano favorece el contacto con la naturaleza, favorece la actividad, el practicar todo lo que no se puede hacer durante el curso, el vivir experiencias nuevas, el visitar a los familiares en el pueblo vecino. El verano es una época maravillosa que supone una ruptura con la realidad cotidiana de los otros nueve meses para niños y adultos. Si es importante al final del día sintetizar y recoger lo más representativo de la jornada, tal vez, una buena idea sería escribir lo más importante en un diario, así se trabaja la capacidad de comunicar, la redacción y se afianzan conocimientos. Una de las cosas más importantes es que los niños no se aburran, eso es lo peor que les puede pasar. Y papás tened en cuenta que el verano, es la época del año en la que tenemos la oportunidad de implicarnos más en la educación de nuestros pequeños en nuestra apretadas agendas. Esa es mi opinión más sincera.