El acceso a la vivienda en Balears y singularmente en Eivissa y Formentera (Palma va de camino) es ya el primer problema social que afecta a los ciudadanos de esta Comunidad Autónoma y que además, repercute en muchos aspectos de gran relevancia, como la escasez de personal en los servicios públicos esenciales y también en el sector privado. Así pues, estamos ante una situación que se calificó de «emergencia habitacional» gracias a la insistencia de Podemos, pero que parece haberse quedado en una simple declaración política vacía de contenido. La incapacidad del Govern que preside Francina Armengol y del conseller de Territori, Marc Pons, para adoptar medidas reales que ayuden a paliar esta gravísima situación es antológica y digna de estudio. No así para anunciar el inicio de las obras de diferentes promociones de VPO en Ibiza, que es digna de elogio. Lástima que se trate de pura propaganda.

Los solares que cedió hace dos años el Ajuntament d’Eivissa siguen vacíos y sin la menor actividad. Armengol y Pons visitaron la isla en noviembre de 2017 para presentar el Plan de Vivienda y anunciar la inmediata construcción de 206 pisos de alquiler social. Los presupuestos de la Comunitat contemplaban una partida para ejecutar tan necesario proyecto. En febrero de 2018 volvieron a convocar a los periodistas en uno de los solares a edificar. Y ya en abril de este año, antes de las elecciones autonómicas, se repitió la escena y el consabido anuncio. Palabras que se lleva el viento. Pasado el ecuador del mes de agosto, ni una triste excavadora remueve la tierra donde algún día se colocarán los cimientos de unos pisos en los que vivirá gente trabajadora a cambio de un alquiler razonable. Quizás nuestros nietos los vean.

Si ante el más grave problema que afecta a la ciudadanía de Balears —de clase media o media-baja, habría que añadir— la respuesta del Govern —de izquierdas— es esta parsimonia e inoperancia, imaginemos qué harán con el resto de asuntos menos prioritarios. Está muy bien pronunciar discursos sobre el cambio climático, los retos medioambientales, el turismo sostenible y los vehículos eléctricos; alegorías sobre la felicidad y la belleza. Pero PSOE, Més y Podem llevan más de cuatro años sosteniendo a un Govern incapaz de poner un ladrillo de vivienda pública en la isla donde ellos mismos declararon la existencia de una «emergencia habitacional». Los solares están vacíos y ellos, de vacaciones.