Hoy y mañana las camareras de piso, también conocidas como ‘kellys’, de Eivissa y Formentera están llamadas a secundar una huelga. El sindicato convocante es la CGT, dado que los mayoritarios UGT y CCOO no respaldan la medida, algo que como mínimo hay que calificar de extraño, como extrañas son las explicaciones que han ofrecido que no comprenden ni ellos. Hay que decir que poco o nada se ha hecho por evitar la huelga, pues pese a la fracasada reunión en el Tribunal de Arbitraje y Mediación (Tamib), no se puede decir con rigor que haya habido siquiera un amago de negociación. Y eso que en el encuentro estuvo representado el Govern de Francina Armengol. Las limpiadoras exigen que se reduzca su carga de trabajo, que las obliga a adecentar un número excesivo de habitaciones cada día, trabajando prácticamente a destajo, lo que les ocasiona infinidad de problemas físicos. Piden, para ello, modificar el convenio colectivo de hostelería, ese que firmaron en septiembre de 2018 los sindicatos y los hoteleros a solaz del Govern, que poco menos se atribuyó el mérito de aquel acuerdo marco alcanzado entre empresarios y trabajadores y cuyas bondades fueron incluidas como logros del Ejecutivo autonómico. Parece que aquella satisfacción no alcanza a las ‘kellys’, lo que explicaría el desdén de los sindicatos de referencia.

Viene al caso recordar ahora el encuentro en diciembre de 2017 de las sacrificadas limpiadoras con el entonces presidente del Parlament, Baltasar Picornell, y con los portavoces de casi todos los grupos parlamentarios. Y la reacción del conseller de Treball, Iago Negueruela, tras una concentración de ‘kellys’ en la Plaza de España de Palma el día 25 de agosto, mañana hará un año, fue de gran optimismo en relación a la regulación del trabajo diario de estas trabajadoras. «Esperamos que con el nuevo gobierno se hagan avances de sus reivindicaciones lo antes posible», dijo el conseller. Pues ya se ve que no.

En resumen, que las ‘kellys’ están de huelga solo en las Pitiusas, lo cual no se explica demasiado porque no parece que estén peor allí que Mallorca y Menorca. Llevan años pidiendo lo mismo, que se reduzca su carga de trabajo. Durante esos años en Balears ha habido —y hay— un Govern de izquierdas, que dice apoyarlas pero no hace nada. Los sindicatos UGT y CCOO les dan la espalda. Y PSOE y Podem dice que respalda sus reclamaciones. Ya se ve. Y ellas se lo creen.