El transporte público es uno de esos temas que sistemáticamente han figurado en primer plano en los programas electorales de la mayoría de los partidos políticos cuando han tenido que afrontar la correspondiente campaña de cara a unas elecciones.

Sobre este tema en concreto, cabe recordar que en la pasada legislatura debería haberse adjudicado un nuevo contrato de concesión, ya que el vigente en la actualidad finalizó en 2018. Eso no ocurrió y actualmente está en vigor una prórroga de la existente.

Sin ninguna duda, es el tema principal al que ha de hacer frente el nuevo equipo de gobierno del Consell Insular d’Eivissa y en concreto su Conselleria de transportes. Por ello precisamente, cabe esperar que desde la institución insular se sea consciente de la gran importancia que un buen transporte público tiene para el futuro de nuestra isla y la incidencia que puede tener sobre otras áreas, como por ejemplo el turismo o el medio ambiente.

De todos es conocido el colapso de vehículos que se provoca en nuestras carreteras, especialmente durante la temporada estival, debido a la gran cantidad de coches privados que circulan por las mismas. Ademas de los molestos atascos, ello también tiene un efecto negativo sobre nuestro medio ambiente, por la enorme cantidad de gases contaminantes que se expulsan al aire que todos respiramos.

Evitar y solucionar este colapso, pasa necesariamente por articular un correcto transporte público en nuestra isla; por lo que es urgente ponerse a trabajar en articular el mejor sistema que se adapte a todas las necesidades que se puedan plantear. Para ello hay que pensar en las necesidades que puedan tener la gran cantidad de turistas que cada año nos visitan durante la temporada de verano y por supuesto, en las que tenemos los que residimos en la isla durante todo el año.

Un buen transporte público, provocaría que la flota de vehículos de alquiler pudiera reducirse y que el uso del coche particular resultara mucho menos necesario, con lo que turistas y residentes podrían identificarlo fácilmente como su transporte idóneo en muchos aspectos.

El nuevo conseller ya ha anunciado que sera necesario aprobar una nueva prorroga de un año, que se añadirá a la que se aprobó en la pasada legislatura. Hay que ponerse manos a la obra con urgencia, aprovechar el trabajo que pudiera haberse hecho hasta ahora y acelerar al máximo los trabajos que pudieran quedar pendientes. Pero sobre todo hay que tener presente que no se trata de sacar a concurso un modelo de concesión igual al que ha habido hasta la fecha, ya que se ha podido constatar sobradamente que este resulta totalmente ineficaz y que desde luego, no es lo que nuestra isla necesita.

Ya se han anunciado algunas medidas que piensan tomarse desde la institución insular, que si bien pueden ayudar a parchear el fracaso del sistema actual, no suponen un cambio radical en el modelo. Hay que apostar por un sistema que permita visualizar claramente que el transporte público será una prioridad en todos los sentidos, un sistema novedoso que permita garantizar horarios, que haga que el desplazamiento entre los diferentes municipios de la isla, no sea un suplicio. Un nuevo sistema mucho más limpio, efectivo y eficaz.

Hay que aprovechar la ocasión para articular de verdad el transporte público insular de nuestro futuro, con un contrato de concesión que permita a la Administración exigir al concesionario la adaptación a las necesidades que se planteen en cada momento, sin verse sujetos y lastrados por unas condiciones que se pactaron en su momento y que años después ya no tengan ninguna efectividad.

En resumen, que hay que ponerse a trabajar en serio en un nuevo modelo de transporte y movilidad y en un nuevo modelo de contrato de concesión. Y todo ello con valentía y decisión, ya que de no hacerlo así, no se hará mas que seguir prorrogando los fracasos del sistema actual.