Las camareras de pisos han ido a la huelga por primera vez en la historia de Balears y ha sido en Ibiza y Formentera. No puedo estar más orgullosa de esta decisión, de que se haya producido en mi tierra y de la respuesta que ha habido por parte de estas profesionales. Se trata de un trabajo duro, que desgasta el cuerpo y la mente con el paso de los años y que, en muchas ocasiones, no se le otorga el mérito y el reconocimiento que se merece. Un desgaste físico que te deja la espalda, los riñones, las cervicales y las manos machacadas. Por no hablar de los productos tóxicos con los que trabajan cada día para dejar las habitaciones impolutas y que pueden desencadenar o agravar enfermedades crónicas, como el asma, pese a que existan medidas de seguridad y prevención por parte de las empresas. Un duro día a día que va calando en los huesos de estas profesionales y que les lleva a medicarse para dormir o aguantar los dolores después del trabajo o ir a Urgencias para enchufarse oxígeno porque se les cierran los pulmones de los productos que, inevitablemente, respiran. Sólo quien vive esta realidad laboral de cerca, como yo que soy orgullosa hija y hermana de ‘kellys’, sabe lo duro que es ser camarera de pisos y cómo llegan cada día a casa. Por eso, me ha indignado leer comentarios en redes sociales este fin de semana diciendo cosas como «haber estudiado si no quieren limpiar» o que cobran 1.200 euros cuando en la Península no se llega a esa cantidad y no se quejan. Limpiar es un trabajo muy digno y muy sacrificado y que pocas veces recibe un mísero «gracias» ni una mirada a los ojos para decir «buenos días». Es un empleo tan digno como ser juez, deportista, periodista o cajera, por ejemplo. Y quien tenga dudas de su dureza, que se ponga a hacer el trabajo de una camarera de pisos sólo un día: auguro que no lo aguantará. Nadie es más que nadie por la profesión que ejerce. Cuando se entienda eso se podrán llegar a comprender las reivindicaciones de las camareras de pisos. A todas ellas, desde esta humilde columna, mi enhorabuena por este fin de semana de protestas.