El pasado 11 de septiembre se inició un nuevo curso escolar. Alumnos contentos por ver a sus compañeros y a la vez tristes. Familias emocionadas con la vuelta al cole o al instituto y docentes preparando de nuevo sus clases, llenas de color y alegría para recibir a los chicos y chicas que son el futuro de nuestra isla.

Es sorprendente ver cómo el Partido Popular tacha de «decepcionante» el comienzo del curso. ¿Y cómo era años atrás, cuando ellos gobernaban? Con los amigos Wert y Bauzá, quienes impusieron una ley educativa y unos recortes que unieron a la comunidad educativa más que nunca en defensa de la educación pública. La llamada marea verde. ¿No la recuerdan?

Yo sí me acuerdo, defendí mis derechos, la de mi profesorado y la de miles de familias saliendo de las aulas y protestando en la calle para impedir todo lo que querían llevar a cabo. Pero ahora van de santos y todo es un desastre, y la culpa es de quien gobierna...

No podemos caer en el engaño de la derecha. Por supuesto que todo es mejorable, no hay nada perfecto, y por eso hay que seguir trabajando. Pero nadie puede negar el compromiso con la educación pública del gobierno balear de Francina Armengol, con importantes mejoras que se están llevando a cabo: Recuperación del profesorado (1.500 docentes más en Balears respecto a hace cuatro años), incremento de personal para la atención a la diversidad, plan de inversiones en los centros y nuevas construcciones, como el colegio ses Planes en Sant Josep (en Santa Eulària el PP ha sido incapaz de conseguir un terreno para la escuela) y bajada de tasas universitarias en la UIB, entre muchas otras medidas.

Como sociedad hay que seguir luchando por una educación de garantía, de calidad y pública, accesible para todos y todas. Y sobre todo, sentir orgullo de estas personas, grandes profesionales que tenemos en nuestros centros y que cuidan y enseñan a nuestros peques y no tan peques.