El pasado fin de semana se celebraron en nuestra isla el ‘Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono’, la ‘Semana de la Movilidad’, el ‘World Cleany Day’, muchas y diversas iniciativas de concienciación ambiental. Este mismo viernes se celebran huelgas climáticas, acciones de protesta y movilizaciones por el clima que se están sucediendo en toda la geografía española. Se han convocado huelgas generales, así como huelgas estudiantiles, un llamamiento que se amplía a una huelga al consumo, concentraciones y asambleas de trabajadores o cierres de comercios.

No hay duda de que la ciudadanía va un paso por delante de las instituciones que las representan, transformando las palabras en hechos, en un cambio urgente que los jóvenes lideran inspirados en el ejemplo de la adolescente sueca Greta Thunberg, quién esta misma semana ante las Naciones Unidas ha dado a los dirigentes de todo el Mundo una lección de responsabilidad respecto a la crisis climática que nosotros mismos hemos provocado.

En el siglo XXI, estamos ante una situación de crisis climática, como advierten los científicos, que afecta a todo el planeta y que en el caso de Eivissa, se ve acrecentada por los efectos del crecimiento urbanístico y de la masificación turística sobre nuestra isla.

El patrimonio natural es la seña de identidad de nuestra isla y el mar nuestro gran valor. Tenemos que hacer una apuesta decidida por las energías renovables, hay que reducir las emisiones de gases invernadero y mejorar la calidad del aire que respiramos. Nuestra isla dispone de unas inmejorables condiciones climatológicas y geográficas para la implantación de estas fuentes de energías limpias y renovables.

Debemos avanzar hacia un modelo de turismo sostenible. El modelo turístico tradicional basado en un crecimiento sin control y agresivo con el entorno, tiene que dejar paso a un turismo que apueste por las energías renovables, la conservación y la protección del medioambiente, que respete el patrimonio histórico y apueste por la cultura y el deporte.

Debemos trabajar en la reducción de la producción de residuos (somos la isla que más desechos genera por habitante de Balears) y en el reciclaje selectivo de los mismos, debemos reciclar más y mejor. Necesitamos un cambio de modelo para tener un consumo más responsable.

El crecimiento urbanístico y la masificación turística provocan una sobre explotación de los acuíferos, debemos aplicar medidas para recuperar los acuíferos de nuestra isla y garantizar una gestión sostenible de los recursos hídricos. Hay que terminar con los vertidos de aguas contaminadas procedentes de depuradoras que no funcionan bien y luchar por la preservación de las praderas de posidonia, reconocidas por la UNESCO dentro de la declaración de Eivissa Patrimonio Mundial.

Tenemos que eliminar los plásticos de un sólo uso y terminar con la cultura del usar y tirar. Millones de toneladas de plásticos van a parar a nuestros mares cada año, destruyendo ecosistemas, provocando graves daños en la fauna y formando parte de la cadena alimenticia, una problemática que en Eivissa y en general en todo el Mediterráneo nos afecta especialmente.

Debemos trabajar por un modelo de movilidad sostenible, para reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Fomentar con el ejemplo la movilidad sostenible y para ello es fundamental la mejora de la accesibilidad desde los núcleos urbanos a los centros educativos y las instalaciones deportivas, conectar los municipios con carriles bicis, la utilización de vehículos eléctricos y la mejora del transporte público entre otras medidas.

Para salvar el planeta es esencial la información y el conocimiento sobre el cambio climático y sus efectos negativos, de nada sirve negarlo. El medioambiente es esencial, nos sentamos ó no inclinados a protegerlo. Todos y todas tenemos que tomar medidas para afrontar los problemas medioambientales con pequeños gestos en nuestra vida cotidiana y hay que exigir a las instituciones no sólo adoptar medidas para luchar contra estos problemas, sino que se desarrollen planes para evitar que se produzcan.

Desde Eivissa, también es nuestra responsabilidad ante las futuras generaciones.