Me gusta recordar las fiestas de los santos, porque la fiesta de un santo no es sólo para honrarle con afecto y estima, como bien se merece, sino también para aprender cosas de él, de su vida, de sus acciones, de sus palabras, etc. De forma que le imitemos para procurar también, como Dios espera, que nos portemos tan bien que seamos santos llegando así después de nuestra vida terrena al cielo. Y así, si la semana pasada os hablaba de la fiesta de San Mateo, hoy os hablo de la fiesta de San Miguel, que en Ibiza la celebramos y conozco muchas personas que además tienen ese nombre.

Aquí, en nuestra diócesis tenemos una parroquia dedicada a San Miguel Arcángel. Por los documentos de historia que hay, existía como capilla desde el siglo XIV y en 1577 fue dedicada como vicaría dependiente de la única parroquia que entonces existía en Ibiza, la de Santa María de las Nieves, hoy Catedral. Y en 1785 fue ya dedicada parroquia. Hoy allí a las 12 tenemos la Misa solemne, que tengo la alegría de presidir, y a la que acuden muchas personas y dignas autoridades, y después procesión, el baile de la Colla de allí y otros buenos actos que organizó el Ayuntamiento de esa zona.

Los cristianos tenemos la enorme bendición de contar con vírgenes y santos, que son el ejército de Dios. Uno de los principales miembros, es San Miguel Arcángel. Se dedican a protegernos del mal. Ellos están ahí para calmar nuestras preocupaciones, el justo juez los ha enviado para que nuestras plegarias, sean escuchadas y puedan interceder por nosotros.

San Miguel Arcángel es considerado como la máxima autoridad en los ejércitos de Dios frente al Mal, en las religiones islámica, judía y cristiana. Para el cristianismo, el arcángel Miguel es considerado el protector de la Iglesia y de la humanidad frente al mal. Para la Iglesia, es el patrón y protector universal.

La tradición cristiana nos dice que San Miguel Arcángel es uno de los siete arcángeles y está entre los tres cuyos nombres aparecen en la Biblia. Los otros dos son Gabriel y Rafael. La Santa Iglesia da a San Miguel el más alto lugar entre los arcángeles y le llama «Príncipe de los espíritus celestiales», «jefe o cabeza de la milicia celestial». Ya desde el Antiguo Testamento aparece como el gran defensor del pueblo de Dios contra el demonio y su poderosa defensa continúa en el Nuevo Testamento.

Es al Arcángel San Miguel a quien Dios ha dado la misión y el poder de echar a los abismos los espíritus inmundos y a Satanás, no sólo en las batallas que tienen lugar en el ámbito celestial: «En el cielo se libró un combate encarnizado: Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón. Lucharon fieramente el dragón y sus ángeles, pero no vencieron, y fueron arrojados del cielo para siempre» (Ap 12, 7-8), sino también en la tierra. Así lo experimentó el Papa León XIII. En una visión percibió el poder que ejercería Satanás contra la Iglesia, y vio cómo «Miguel Arcángel aparecía y lanzaba a Satanás con sus legiones en el abismo del infierno».

El Papa Francisco, a los cuatro meses del inicio de su pontificado, consagró el Estado del Vaticano a san José y a san Miguel Arcángel. En su alocución recordó: «Miguel lucha para restaurar la justicia divina; defiende al pueblo de Dios de sus enemigos, y sobre todo del enemigo por excelencia, el diablo. Y san Miguel vence porque en él es Dios quien actúa» (D. 5.7.2013).

Que esta fiesta de San Miguel de hoy, bien celebrada y acogiendo su ayuda e intercesión sea una buena ayuda para nuestra vida en la tierra para ir después al cielo