El pasado 29 de abril, después de las elecciones generales publiqué esto:

Todo arreglado

El gobierno que finalmente salga de los pactos que permiten las urnas en las que ayer muchos dejamos nuestros votos, va a hacer como el papá del anuncio: lo va a arreglar «todo, todo y todo».

Ha quedado claro en esta campaña electoral, daba igual a quien votar, todos van a dedicarse en cuerpo y alma a mejorar nuestras vidas y las de las futuras generaciones. Bajadas masivas de impuestos, mejores pensiones, pagaran más las rentas más altas y las grandes empresas, subirá el salario mínimo, se eliminará el impuesto de sucesiones y se aplicará uno a la banca y mire usted que no vayan incluso a derogar la reforma laboral.

El derecho a la vivienda se va a aplicar rotundamente, se eliminará la pobreza infantil y se garantizarán ingresos suficientes para todos y la inversión en servicios sociales va a ser espectacular. Vamos que no nos va a faltar de nada.

La sanidad pública dejará de tener listas de espera y desaparecerán los copagos. Y ¡qué decir de la educación!: las mismas oportunidades para todos y esta será inclusiva en la escuela pública con todas las garantías.

Habrá igualdad entre hombres y mujeres, se eliminará la violencia de genero, la ley de dependencia será la envidia de Europa, igual que la inmigración.

¿Cataluña? De un plumazo lo van a arreglar, qué sí, que lo leí. ¿Y el paro? Eso se lo pulen estos nuevos en tres meses. Qué ¿no me cree? Qué si, ¿no vio usted los debates? Está claro, da igual quién pacte con quién. Mire, tanto es así que si el Periódico de Ibiza y Formentera sigue confiando en mí, dentro de un año exacto me comprometo a repasarlo punto a punto en esta columna y ya verá, que estos lo van a petar.

Acuérdese: un año y nos vemos aquí.

Pues eso, que ha pasado medio año.