Recuerdo una librería El Salvador que tenía un cartel en el que ponía «eres lo que lees»; y, añado yo, sobre todo «eres lo que no lees» en el sentido de que la cultura debería venir bien para entender lo que pasa en este valle de lágrimas. En España, tanto la educación como la cultura, están sufriendo un grave retroceso que ni sospechábamos en tiempos de la Transición. Y esa es la explicación del arco parlamentario que tenemos con los antisistemas a punto de entrar en el Gobierno y los independentistas a un tris de desguazar lo que queda del país, por no hablar de las chingadas que continuamente proponen algunos extraterrestres como el errejoniano H. Tejero que ha propuesto, en un alarde de ecoingenio y con el eco-paro creciendo, convertir las autonomías en «biorregiones ecosocialistas», así se las gastan estos politicastros que tenemos hoy y que me hacen dudar si vale la pena seguir viviendo en España pese a las tapas, las suecas liberadas y el flamenco.
Por si fuera poco, tenemos una biorregión, que hasta hace muy poco ha sido ecosocialista, en la que se ha mangando la bolsa de euromillones más grande jamás conocida en España, vamos que ni el robo del tren postal de Glasgow. Ayer conocimos la sentencia post-electoral de los EREs por la que el asalto al dinero —que tendría que haber ido para formar al ingente ejército de parados andaluces— iba para el cutreclientelismo cuando no para tomarse unas gambas con «mansanilla» o ir al club de fulanas cercano. La cantidad mangada es estratosférica y es monopolio de un partido que se llama socialista y español, en este caso sociata y andalú “que (a) los toros he elogiado, / y cantado/ (a) las golfas y el aguardiente”. Los de Bárcenas le costó el puesto a Rajoy. La corrupción de unos es corrupción y la de los otros es una “cana al aire”. Mientras tanto, Tesinando Sánchez, jefe último de la federación, imperturbable como si lo de los susanos y griñanes, las penas de cárcel e inhabilitaciones, no fueran con él.