En la última campaña de las elecciones autonómicas y locales; tanto la candidata entonces y diputada actual por el PSOE-GxF, como las números uno al Consell de los partidos que actualmente conforman el gobierno insular en Formentera; habían manifestado desde el primer minuto que uno de sus principales objetivos era conseguir que se aprobara el reglamento que permitiera desarrollar plenamente la ley de transporte marítimo. Este objetivo ya se persiguió en la pasada legislatura, si bien fue de los que quedaron en el cajón de los incumplimientos.

Fundamentalmente lo que se perseguía con la aprobación del citado reglamento, era y es la regulación de los horarios de los barcos de primera hora de Formentera-Ibiza y de última hora de Ibiza-Formentera; ademas de poner orden en las frecuencias durante la temporada estival. Pero a pesar de los intentos por parte de la diputada insular y del Consell, para que se redactara y tramitara en el Parlament, no hubo suficiente interés por parte de la Conselleria de Mobilitat del Govern y el tema quedo en el tintero.

Los argumentos que se esgrimieron en su momento para justificar tal dejadez, se fundamentaban en la altísima dificultad que entrañaba su redacción y en la necesidad de que se ajustara a toda la normativa vigente; además de la conveniencia de buscar un consenso entre todas las partes implicadas. Con todos estos aparentes obstáculos, resulto imposible dejarlo listo en cuatro años, dejando las aspiraciones de Formentera en un mero deseo pendiente de cumplir y demostrando el escaso interés por parte del máximo responsable de la conselleria autonómica.

Iniciada la nueva legislatura y con la misma diputada representando a Formentera y con la misma persona al frente de la Conselleria del Govern que gestionaba y sigue gestionando las competencias en transporte marítimo, ha sido uno de los temas que se han sometido a debate parlamentario en los primeros meses de actividad en la cámara autonómica, debido a una interpelación y su posterior moción sobre la problemática que persiste en las comunicaciones marítimas entre las Pitiusas.

Con ello, el único compromiso real que se aprobó, fue la convocatoria de la Mesa del Transporte Marítimo en un plazo de tres meses desde la aprobación de la moción. Esa reunión tuvo lugar a finales de noviembre y en la misma se decidió dar un plazo de 15 días para que las navieras que actualmente cubren la linea entre ambas islas aporten alguna propuesta que asegure las conexiones de primera y última hora tan necesarias y deseadas. Transcurrido ese plazo sin respuesta de las navieras, el Govern sacará a licitación este servicio.

Ante esta propuesta de la Conselleria, solo cabe una pregunta: ¿por qué no se tomó esta misma decisión en la pasada legislatura, sabiendo de la urgente necesidad de estos horarios reclamados?. La respuesta es clara, no hubo suficiente interés por parte de quien podía y debía tomar decisiones; ya que la misma decisión que se ha anunciado ahora, se podría haber tomado durante los pasados cuatro años.

Por otra parte, las navieras que actualmente cubren la conexión entre ambas islas, siempre se han negado a prestar este servicio de primera y última hora en base a la inviabilidad económica del mismo. Sin embargo, nunca se han oído quejas de las mismas, cuando durante todo el verano están saliendo hasta cuatro embarcaciones distintas a la misma hora, alguna de ellas con un reducidísimo número de pasajeros y con una rentabilidad más que dudosa. Las navieras, ni estaban, ni están dispuestas a colaborar y les ha venido muy bien el nulo interés demostrado por parte del ejecutivo balear, desde que en 2010 se aprobara la Ley de Transporte Marítimo y quedara pendiente la redacción del correspondiente reglamento para su total desarrollo.

Está claro que ni la administración, ni las empresas privadas se han mostrado dispuestas a trabajar conjuntamente por el bien de los residentes en Formentera y ya va siendo hora de ponerse a trabajar para resolver el problema, no para enredarlo todavía más.