Los socialistas ibicencos parecen recibir instrucciones de los guionistas de alguna plataforma digital para entretener a la ciudadanía con sus constantes escándalos que azotan a un partido muy magullado por ellos mismos que sobrevive con respiración asistida.

El ‘Adlibgate’ o la caja de Pandora

Todo empezó con los gastos superfluos de la exvicepresidenta del Consell, Marta Díaz, quien anunció su dimisión después de que todos los ibicencos supiéramos que pagaba cremas, copas de champán, cenas y gastos de peluquería con la tarjeta de crédito de la máxima institución insular. Pobres ilusos los ibicencos que pensábamos que asumiría su responsabilidad, dado que en menos de 48 horas revocó tal dimisión y se dispuso a calentar la silla de consellera no adscrita con el único fin de defender una honorabilidad de la que ya no dispone y amenazando con los tribunales al presidente Vicent Marí si le retiraban el sueldo. Este episodio se saldó con la baja del partido de Díaz y con la dimisión de Vicent Torres, entonces Secretario General de la Federación Socialista de Ibiza, quien todavía vaga por los plenos del Consell como un portavoz ausente y con escaso acierto.

El congreso

Rápidamente Armengol nombró una gestora presidida por el célebre alcalde de Sant Josep que desembocó en un congreso que le alzaría hasta su deseado puesto de secretario general, abriéndole las puertas de su aún más ansiada candidatura a la presidencia del Consell. Dicho congreso certificó la muerte de la unión en el seno del partido, dado que, a una semana del mismo, los máximos dirigentes del PSOE de Santa Eulària presentaron su dimisión como líderes de la organización y como concejal en el caso de José Luis Pardo.

Por si fuera poco, el secretario general saliente no tuvo tan siquiera el cuajo de hacer acto de presencia en el congreso, dejando en evidencia a la ejecutiva entrante y certificando la fractura interna que ampliaba la herida que dejaron las elecciones de mayo, en las que los socialistas perdieron el gobierno del Consell y del Ayuntamiento de Sant Antoni, debiéndose sentar en una bancada de la oposición en la que no deben sentirse muy cómodos, a tenor del escaso y prescindible trabajo que desde ella están realizando.

La puerta giratoria

Hemos sabido que el que fuera mano derecha del alcalde Rafa Ruiz, Alfonso Molina, se ha apuntado al negocio de la iluminación, no sólo porque ha fichado por la contrata municipal de alumbrado público, sino porque, tras verse obligado a dimitir como concejal tras un escándalo relacionado con cobros irregulares de subvenciones, ahora vuelve a brillar la luz en la nómina que le paga una empresa con la que había negociado en su anterior etapa como edil. Un escándalo bochornoso para el PSOE de Vila, que ha recibido por respuesta el silencio y la connivencia del equipo de gobierno municipal integrado por socialistas y podemitas.

El abandono

Por si esta cascada de dimisiones, plantones y malas artes no fuera suficiente, el histórico líder socialista Xico Tarrés anunciaba que se daba de baja como militante del partido «por coherencia», después de 30 años como militante, habiendo pasado por toda clase de cargos públicos: alcalde de Ibiza, presidente del Consell y diputado autonómico. El otrora líder socialista decide abandonar el partido «ante las cosas que veo» y deja todavía más huérfana a una formación escasa de talento y carente de savia nueva. Detrás de tanto ocultismo, este periódico nos ha aportado algo de luz y nos ha permitido vislumbrar el verdadero motivo de la marcha de Tarrés: la negativa de Armengol de nombrarlo presidente de la Autoridad Portuaria, poniendo así fin a la concatenación de suculentos salarios públicos que había percibido el exlíder socialista después de su marcha tácita de la política hace ya 9 años cuando bajó de la planta noble del Consell.

Aída Alcaraz vuelve para irse

La guinda a todo este indigesto pastel la ha puesto la exconcejala de gobernación de Sant Antoni, Aída Alcaraz, quien siempre parece estar dispuesta a echar una mano a sus compañeros socialistas, aunque sea al cuello. Alcaraz reaparece para dimitir como número dos de la agrupación socialista de Portmany tras acaloradas desaveniencias con la flamante secretaria de organización de la FSE, Irantzu Fernández, regalándonos un fascículo más de la colección de ridículos que atesora la ex edil, después de salir de la política por la puerta de atrás al haber sido investigada por acoso laboral contra el jefe de policía al que pretendía humillar con su soberbia, por lo cual el juez de instrucción decretó la apertura de juicio oral, debiéndose enfrentar ahora a nada menos que pena de prisión e inhabilitación, tal y como solicita la fiscalía.

En resumen, mensis horribilis para Agustinet, que inicia su andadura como secretario general de los socialistas ibicencos envuelto en escándalos, bajas y críticas internas. Mucho tendrá que revertir la situación del partido si quiere inferir el más mínimo ápice de inquietud a un Vicent Marí que no parece dispuesto a abandonar la quinta planta del número 49 de la Avenida de España. Si el PSOE de Ibiza no consigue resucitar del lodo en el que nada, siempre podrá vender la historia a Netflix, HBO o Amazon Prime Video. Está por ver si nos ofrecen más temporadas. To be continued...