Este es el título del primer programa que hice para IB3 TV. Seguro que les suena porque después de seis años de su estreno siguen reponiéndolo en pantalla, y este año está previsto que lo vuelvan a repetir. Recuerdo reuniones previas a la realización del programa con la entonces directora de la televisión autonómica, Mar Adrián. La propuesta les gustaba, pero no veían claro que dos presentadores ibicencos, Tita Planells y Toni Riera, arrastrasen al público mallorquín durante 80 minutos. Así que no nos quedó más remedio que poner a un tercer presentador, Tito Fuster, que garantizaba el acento mallorquín.

Era el único programa en parrilla en ese momento grabado y producido íntegramente en Ibiza y Formentera. Con personajes de aquí y hablando de los problemas o las bondades de las Pitiusas. Pero en IB3 necesitaban un mallorquín para ‘comprarnos’ el producto. El resultado tengo que decir que fue un éxito y la combinación de los tres presentadores, un acierto. Pero ese no es el tema ¿Se imaginan programas como Uep! cóm anam? o Gent de la mar, de gran éxito de audiencia, que no hubiesen podido ver la luz si no incorporaban obligatoriamente a un presentador de, por ejemplo, Formentera? Es más, ¿se imaginan que sólo hubiesen hecho dos temporadas de algunos de estos programas, como es el caso de Entre pins, que no quisieron renovar, y a día de hoy hiciesen reposiciones de hace seis años?

No critico la continuidad de estos espacios en la parrilla de IB3; muy al contrario, me alegro por las productoras y los trabajadores que hay detrás de ellos que han conseguido mantener una estabilidad en la producción. De hecho, entre las funciones de la televisión autonómica y en sus estatutos está detallado claramente que ha de servir de motor dinamizador para la industria audiovisual de las islas. La productora que dirijo ha trabajado en ocasiones para IB3, pero nunca con continuidad. Aun así me puedo considerar afortunada, porque el trabajo que da la autonómica al resto de productoras de Ibiza es completamente residual. Mientras, productoras catalanas se llevan una buena parte del presupuesto anual de ‘nuestra’ televisión autonómica. ¿Por qué tenemos los ibicencos y formenterenses que subvencionar a las empresas del audiovisual catalanas mientras nosotros aquí nos peleamos por un mísero contrato? Hacer televisión es caro, producir un programa de televisión es carísimo y hay que saber distinguir entre el presupuesto de una producción audiovisual y el beneficio que deja dicha producción, que suele ser, en el caso de IB3, bastante ajustado.

Puedo decir con conocimiento de causa que IB3, hoy por hoy, no está desarrollando ese papel fundamental para lo que se supone fue creada: vertebrar las islas, difundir nuestra cultura, lengua y tradiciones, informar con rigor y con equilibrio de todas y cada una de las islas del archipiélago y, por último, ayudar al crecimiento y desarrollo de la industria audiovisual de las islas. De TODAS las islas.

Seis años después, como digo, seguirán reponiendo Entre pins i savines, con entrevistados que han cambiado completamente de vida y ya no se dedican a lo mismo, incluso con algunos protagonistas ya fallecidos y comercios que hace años han cerrado. Es decir, la Ibiza y Formentera que muestran no es la actual. Pero lo repiten porque no tienen ningún otro programa específico de Ibiza y Formentera y así justifica IB3 la cuota de las islas. Habría sido mucho más lógico, ya que el programa gusta y tiene audiencia, que Entre pins i savines hubiese tenido la continuidad del resto de programas realizados por productoras mallorquinas. Y luego preguntan los directivos de la cadena por qué IB3 no se ve en Ibiza y Formentera. Pues, señores, creo que está bastante claro.