Contundente, inequívoca y por la vía de urgencia. Así fue la respuesta de la UD Ibiza al lamentable episodio racista protagonizado por un grupo de recogepelotas, adolescentes que hasta el día de autos pertenecían a la Academia de la entidad. Una vez más, las redes sociales y su mal uso. Una vez más, y ya van unas cuantas, el racismo y la xenofobia en el fútbol. El vídeo de marras grabado y difundido por los cuatro implicados no tiene ni un pase, pero no debe empañar el buen hacer de una entidad que esta temporada ha dado un salto cualitativo. Conociendo a quien lleva las riendas del club y a los profesionales que dirigen las categorías inferiores, sabía que la respuesta iba a ser inmediata y sin tibiezas. Apenas unos minutos después de que el portero del Sporting B, Christian Joel, hiciese público el deleznable vídeo, el presidente Amadeo Salvo tocaba a rebato y activaba la respuesta. Las redes sociales suelen ser el canal de transmisión de contenidos indeseables como el mensaje xenófobo lanzado por los menores al arquero del filial sportinguista, pero también son un canal de respuesta inmediato.

La UD obró como un club profesional y moderno, y reaccionó como no lo han hecho algunos transatlánticos de Primera y Segunda División ante sucesos similares. Mensajes pero sobre todo acciones, lejos de la demagogia de algunos políticos que aleccionan en Twitter pero no pasan de los fuegos de artificio y brindis al sol.
Reacción, pero también trabajo de fondo. Y es que la UD Ibiza es uno de los clubes de la isla que inciden en los riesgos de la redes sociales. Los cuatro implicados recibieron una lección debida y de vida: tolerancia cero con el racismo y la xenofobia.