Bajo este mantra se escudan los socialistas ibicencos para criticar a todo aquel que tenga la osadía y el atrevimiento de criticar la gestión del glorioso Gobierno de la nación. Todo el mundo sabe que este ejecutivo es infalible y que los meros mortales que se aventuren a cuestionar sus medidas son simples ignorantes que no conocen el respeto porque los únicos en posesión de la verdad absoluta se hallan en la izquierda. En estos oscuros días, la turba de socialistas que veneran a Pedro Sánchez cual mesías, se dedican a mandar callar sin pudor a todo aquel que pretenda disentir, en un ejercicio inédito de democracia y respeto por la libertad de expresión, recomendado a los infames críticos «hacer la cuarentena y así dejar de decir tonterías». Este es el caso de Azahara Peña, miembro de la ejecutiva de Pep Agustinet, que no titubeó a la hora de ordenar silencio al senador y portavoz de la oposición en Vila, José Vicente Marí Bosó.

Lo curioso no es que hagan el ridículo en redes sociales (estamos acostumbrados a ello), sino que sean ellos mismos quienes lleven a cabo la conducta que repudian sin el mínimo atisbo de rubor. Para ello basta ver al diputado socialista Enric Casanova atacar a la presidenta de la Comunidad de Madrid quien, por cierto, ha adoptado con anticipo las medidas que ha acabado decretando el célebre y variopinto Consejo de Ministros, Ministras, Ministres y Menestras. Para no convertirse en blanco de su dedo acusador, prescindan ustedes de sugerir que los autónomos no paguen su cuota (dado que no tienen ingresos), que se prolongue la campaña de la renta, que se bajen impuestos al consumo o que se den ruedas de prensa sin preguntas filtradas a placer. No duden un solo segundo que estamos en manos de los líderes políticos mejor preparados.