Hay esperanza y el golpe puede ser menor del que esperan las empresas turísticas españolas. Alemania puede salvar la temporada turística en España, y también en las Pitiusas, si el Gobierno de Merkel, como se prevé, pueda permitir a sus ciudadanos viajar a finales del mes de junio o principios de julio. El turoperador TUI, el más importante del mundo, está programando vacaciones en Baleares para la segunda quincena de junio y se espera que en los próximos días o semanas el Gobierno germano, que ha gestionado perfectamente la crisis sanitaria a diferencia del Ejecutivo de Sánchez, tenga todo el operativo organizado para que sus ciudadanos puedan disfrutar de la playa en un par de meses. Angela Merkel sabe perfectamente que no es lo mismo ir a una playa del norte de Alemania que disfrutar de una cala en Ibiza o Formentera, por ejemplo. Y además Merkel también necesita que TUI, una de las empresas que ha recibido ayudas públicas, pueda facturar lo antes posible o corre el riesgo de seguir los pasos de Thomas Cook, el turoperador que quebró en septiembre del año pasado. Evidentemente si los turistas vienen a finales de junio o a principios de julio no será gracias a las gestiones del Gobierno de Sánchez, cuya ministra de Turismo ha tenido menos protagonismo en la crisis que Carmen Calvo. Tampoco será por los contactos del Govern de Armengol con TUI o con otros mayoristas como Jet2 Holidays. Si los alemanes llegan a mediados de junio o julio, los británicos podrían ser los siguientes y comenzar a llegar aviones en agosto. Todo dependerá, evidentemente, de los protocolos que apruebe la Comisión Europea para abrir fronteras y permitir los vuelos comerciales en el espacio europeo, pero existe voluntad de acelerar todos los protocolos para que la temporada turística pueda salvarse parcialmente. Veremos si es posible.