Este lunes día 11de mayo aquellos territorios que reúnan las condiciones exigidas para ello podrán dar un paso más dentro de la programada desescalada que se inició el pasado lunes, con la denominada fase 0 de las cuatro que hay previstas. Sin ninguna duda, hay que mantener un altísimo grado de responsabilidad para que sea posible ir pasando de una fase a otra, con las garantías suficientes. No descuidar ahora la tensión que requiere la lucha contra la pandemia es fundamental para no vernos obligados a retroceder y que todo el esfuerzo realizado hasta el momento haya resultado inútil. Pero si exigimos a todo el mundo que en este proceso que nos ha de llevar a vencer al covid-19, sigamos dando ejemplo de solidaridad y manteniendo el alto grado de sacrificio personal y colectivo; debemos ser igual de exigentes a la hora de reclamar de todas las partes involucradas, el mismo grado de responsabilidad cuando haya que hacer frente a la inminente crisis laboral, social y económica que ya tenemos encima.

Como ya dije en un artículo anterior, nuestras islas en general y las de Eivissa y Formentera en particular serán las que recibirán el impacto más fuerte que nos propinará la mencionada crisis. Todo ello debido a nuestra absoluta dependencia de la actividad turística.

Por ello, seguramente sea aquí donde será más necesario que en otros lugares afrontar la difícil situación con unidad de esfuerzos y colaborando todos sin excepción para conseguir aportar las ideas necesarias que nos permitan salir de la penumbra que se avecina. Y debo decir que satisface saber que precisamente en la isla de Eivissa se ha empezado a caminar en la buena dirección.

Esta misma semana se conocía la noticia de que se había llegado a un acuerdo de mínimos entre los diferentes grupos políticos, los que gobiernan y la oposición, las patronales y los sindicatos de nuestra isla; logrando consensuar un documento con 45 medidas que han de servir de base para impulsar de nuevo la economía de la isla, recogiendo propuestas tanto del sector público como del privado, con la intención de recuperar cuanto antes la actividad de aquellas áreas, directa o indirectamente afectadas por la crisis.

Según se desprende de algunas informaciones publicadas, al conjunto de propuestas iniciales redactadas por el Consell Insular se sugirieron diversas modificaciones o incluso directamente la supresión de alguno de los puntos, tanto por parte de los grupos de la oposición, como de los sindicatos. A la hora de escribir este artículo, faltaba información de cual había sido el grado de implicación tanto de grupos políticos, como de sindicatos y patronales, en el citado documento final de 45 puntos que parece ser se ha remitido al Govern balear.

En cualquier caso, y teniendo presentes las discrepancias que en temas de urbanismo básicamente, se expresaron por parte de la oposición y sindicatos al documento que se propuso por parte del Consell cabe destacar que el simple hecho que todos se hayan mostrado favorables a intentar consensuar un documento que pudiera servir como punto de partida para iniciar un duro proceso de recuperación social y económica en la isla es de agradecer. Éste es el talante que debería imperar en todos los casos donde se plantee la necesidad de unir esfuerzos para afrontar el terrible zarpazo que la pandemia esta dejando en nuestra sociedad. Dejar al margen idearios fundamentalistas de todas las partes que puedan estar implicadas, centrarse en aquello que vaya a permitir recuperar nuestras economías y hacerlo de forma que no se dejen victimas sociales, laborales o ambientales; para que nadie tenga que arrepentirse de lo que se haga, es sin ninguna duda lo que cabe esperar de todos. Siempre es más conveniente aceptar renuncias en aras del interés general que oponerse a todo por querer ser el gallo del corral, como estamos viendo que ocurre en los debates que tienen lugar en el Congreso de Diputados, donde algunos estan más enfrascados en repugnantes defensas de intereses partidistas que en trabajar por el bien de todos.