A la ex consellera del Territori del Consell d’Eivissa, Pepa Marí, le da la impresión de que mucha gente no se ha leído la redacción final del PTI aprobado la legislatura pasada en relación a las zonas APR que no están incluidas en el decreto del Govern. Pepa Marí ha podido darse cuenta de que para algunos políticos es mejor que la realidad no arruine un buen eslogan político, aunque sea falso, manipulado, y sin tener nada que ver con la realidad. Parece que sus ex compañeros de Podemos estaban tan liados en contar toallas y en aplaudir al Govern en la matanza de cabras de es Vedrá que ahora, apenas un año después, no son conscientes de lo que se aprobó en materia territorial y que ellos votaron a favor.

También se ha enterado Pepa Marí que una cosa es lo que se aprueba, la realidad institucional, los acuerdos en una mesa de negociación, el trabajo serio de los técnicos, y por otro lado existe un mundo paralelo que es Twitter, donde todo vale y hoy se dice una cosa y unos años después todo lo contrario sin ningún tipo de problema. Ahí tenemos el caso del alcalde de Vila, Rafa Ruiz, que en 2013 estaba a favor de los escraches contra altos cargos del PP, naturalmente, y hoy se indigna con la cacerolada pacífica (no se puede considerar escrache entendiendo como escrache el acoso que vivió la expresidenta Cristina Cifuentes en un barrio de Madrid, por ejemplo) en el chalet de Pablo Iglesias e Irene Montero. Lo peor es que cuando te pillan tu cambio de criterio ni te molestas en explicarlo. El tiempo pondrá a esta generación de políticos en el lugar que se merecen, pero me temo que la historia no les guarda un lugar demasiado honroso. Salvo algunas excepciones, claro.