Hoy en Formentera damos la bienvenida a la fase 3 de la desescalada al resto de las islas del archipiélago. La broma nos la han puesto muy fácil ya se podrán producir auténticos ‘encuentros en la Tercera Fase’. Pero no nos engañemos, hoy no van a llegar hordas de ibicencos o mallorquines al puerto de La Savina a disfrutar de los encantos de Formentera. En todo caso, de cara al fin de semana es posible que se produzca un poco más de movimiento.

Por tanto, seguimos relativamente cerrados al turismo en masa, que se prevé pueda empezar a llegar en el deseado mes de julio.

A pesar de ello, han habido algunos bares y restaurantes dedicados mayoritariamente a turistas que han decidido ponerse las pilas y abrir «para lo que haya».

Un par de ellos ya lo hicieron a mediados de mayo, y no les ha ido mal del todo. Los residentes han respondido deseosos de darle una alegría al cuerpo, después de tanto confinamiento.

Pero ahora que la oferta se va a ampliar considerablemente se va a poner más difícil para todos. Estos «optimistas y valientes» abren puertas a pesar de la incertidumbre por varios motivos. En muchos casos, la voluntad de servicio y el respeto a la clientela fija de la isla y podemos añadir también el deseo de ir transitando poco a poco hacia la ‘nueva normalidad’ y, en otros casos, es pura necesidad de hacer caja para poder hacer frente a los gastos que genera un negocio cerrado durante un montón de meses al año.

Otros ya han fijado principios de julio como punto de partida, a la espera de poder salvar un pedazo de la temporada. En cualquier caso, y por el bien de todos, la mejor de las suertes a los que se enfrentan a esta aventura incierta, que parece una película de serie B escrita por los guionistas de la serie Marco, de los Apeninos a los Andes.