Hoy cruzamos el umbral de lo que se ha venido a llamar ‘nueva normalidad’, dejando atrás una pesadilla inimaginable.

Ahora que podremos hacer «vida normal» es el momento de recordar los aplausos que con entusiasmo dimos al encomiable esfuerzo que han hecho durante este periodo el personal sanitario. Auxiliares, personal de enfermería, médicos y todo el entramado que interviene en la atención al paciente ha dado la talla.

Asumiendo riesgos personales, olvidándose del reloj, realizando tareas que no son de su competencia, anteponiendo su profesionalidad a la familia y tantas otras cosas que nunca podremos agradecer lo suficiente.

Los emotivos aplausos, deberían seguir resonando para siempre en nuestro recuerdo colectivo. En su momento fue un detalle bonito por parte de los ciudadanos, pero ahora no debería caer en saco roto, porqué el esfuerzo de los profesionales, sigue y seguirá.

Y ya que estamos podríamos incluir en nuestros aplausos a policías, guardias civiles y otros agentes del orden público, a los trabajadores de los establecimientos de primera necesidad que han permanecido abiertos, a los transportistas que han permitido que no quedemos desabastecidos de papel higiénico, entre otros productos imprescindibles.

Es en crisis como esta, cuando se ve la mejor cara de una sociedad, y en ese sentido la nuestra, siempre que ha tenido que estar, lo ha hecho.

No vayamos ahora a olvidarnos de la importancia de todos estos profesionales más allá de la pandemia y aprovechemos siempre que podamos para reivindicarlos y ponerlos en valor. Se lo han ganado y se lo ganan día a día.

Un aplauso.