Pues ya tenemos tanque de tormentas. Dos años y medio y 7 millones de euros después ABAQUA, es decir, la Conselleria de Medi Ambient del Govern, recepciona las obras que han de acabar con todos los males del Puerto, o al menos con el mal más asqueroso. Una excelente noticia de no ser porque desde hace meses (años diría yo) el Ministerio, que ha sido el que ha hecho la obra, y el Ayuntamiento de Ibiza, que no ha hecho nada excepto tirar balones fuera, han venido avisando de que el tanque no iba a solucionar los vertidos que minan el Puerto cada vez que caen cuatro gotas. A este aviso a navegantes se ha sumado también el Govern, que en la nota de prensa que lanzaba ayer para comunicar la buena nueva se cuidaba muy mucho de lanzar las campanas al vuelo y añadía unas declaraciones del conseller de Medi Ambient i Territori, Miquel Mir, en el que advertía que «hasta que no se complete la separación de las redes de aguas pluviales y fecales de la ciudad no se resolverán completamente las molestias que sufre la ciudadanía». Y sí, «molestias» es un eufemismo. Los vecinos y comerciantes saben muy bien hasta qué punto es molesto ver flotar la mierda que escupen las tuberías al magnífico e icónico Puerto de Ibiza. Y yo me pregunto, si todo el mundo, Ministerio, Govern, Ayuntamiento y el tío Pepe, sabían que con el tanque solamente el problema no se solucionaba, ¿por qué no se acometieron las pertinentes obras de separación de pluviales y fecales en tiempo y forma? Porque en algún momento algún gobernante deberá coger ese toro por los cuernos o ¿vamos a seguir toda la vida viendo caca en el puerto más glamouroso del mundo? Es la historia de siempre en Ibiza, nos cuesta una barbaridad empezar las obras públicas, pero cuando las hacemos nos quedamos a medias.