Hace exactamente un año se materializó el cambio que la sociedad ibicenca había pedido en las urnas, un cambio más que necesario para un Consell que los últimos cuatro años no había cumplido con las expectativas. La institución debía volver a ser una referencia clara y una institución útil para nuestra isla. El Partido Popular y Ciudadanos llegamos al gobierno insular con un proyecto bien definido y con muchísimo trabajo por delante. Una tarea que no era fácil, pero que no nos ha impedido desatascar cuestiones fundamentales para nuestra sociedad y empezar a poner los cimientos en otros asuntos muy importantes.

Nadie habla ya de problemas como los que sufrían las entidades sociales y deportivas de nuestra isla, que estuvieron al borde del precipicio por el retraso en la tramitación el pago de las subvenciones. Tampoco se habla de la unilateralidad a la hora de hacer política, como la modificación del Plan Territorial Insular (PTI) que llevaron a cabo obviando las alegaciones de multitud de colectivos.

En cambio, de lo que sí se habla ahora es de que las subvenciones están al día y se adelanta el pago; de cómo se ha impulsado la tramitación de expedientes sancionadores y los trabajos de inspección; se habla de cómo la nueva estación de la ITV móvil está empezando a resolver el problema de las listas de espera que tenía el servicio, y se habla también de cómo este equipo de gobierno sí busca el consenso con los agentes sociales, los ayuntamientos y los partidos de la oposición, logrando presentar proyectos respaldados por todos. La búsqueda del consenso y del diálogo -algo que no siempre es posible- debe ser una de las máximas de cualquier gobernante. Lo hemos demostrado y lo seguiremos haciendo.

En este primer año también nos ha tocado vivir la peor crisis (con diferencia) de la historia reciente de nuestro país. La COVID-19 ha castigado con dureza a todos los estratos de nuestra sociedad. Al drama de las vidas perdidas se suma la grave crisis económica que nos tocará pasar, pero en nuestras manos está paliar sus efectos. El próximo año será crucial de cara a la vuelta a la ‘verdadera normalidad’, pero estoy seguro de que, entre el trabajo de todos los ibicencos e ibicencas y el esfuerzo de todas las instituciones, lograremos salir adelante y volver a crecer.

Tenemos por delante retos y oportunidades importantes que pueden suponer hitos históricos para Eivissa. Un ejemplo claro es el nuevo servicio de transporte público. El estado de las concesiones actuales, ya caducadas y prorrogadas, no ha impedido ir introduciendo pequeñas mejoras en el servicio insular. Pero no son suficientes. Uno de los objetivos de legislatura es dejarlo todo listo para poder disfrutar de un servicio moderno, eficaz, útil, con mayor nivel de cobertura y con vehículos menos contaminantes. Un servicio como nuestra isla se merece.

Otra gran línea de trabajo durante los próximos años será en materias de innovación, cuestión que hasta la fecha no había sido una prioridad en nuestra institución. Adaptarnos a los nuevos tiempos, y más en las circunstancias que nos ha tocado vivir, es más importante que nunca. Desde el Consell Insular d’Eivissa ya hemos puesto en marcha iniciativas para apoyar a nuestras empresas y autónomos, como el programa de formación ‘Reinventa’, y seguiremos desarrollando el plan de trabajo que tenemos previsto, con más formaciones, evento, y estando siempre al lado de nuestro tejido productivo. Otra cuestión fundamental es el proyecto de un Centre Bit para Eivissa, un complejo del que ya disfrutan Mallorca y Menorca desde hace años, y que nos serviría como centro tecnológico de referencia, como incubadora de startups tecnológicas y como apoyo para todas nuestras empresas.

Tenemos por delante un panorama complicado, pero no nos impedirá seguir trabajando. Eivissa se merece trabajo y resultados. Eso es lo que haremos.