Los Reyes visitan de nuevo Ibiza, la ciudad más antigua de las Islas Baleares y una de las diez con más historia de España. Y me alegra inmensamente que vengan también a San Antonio, el Portus Magnus, donde ya el emperador Carlos se refugió tras el desastre de Argel en 1541.

Por su esplendorosa bahía también ha navegado mucho Don Juan Carlos, gran Rey de concordia entre todos los españoles, y le queremos pronto de vuelta. Pero especialmente San Antonio fue uno de los puertos favoritos de Don Juan, abuelo de Felipe VI. Aquí venía navegando a placer, incluso cuando Franco le prohibía pisar tierra española. Ya fuera a bordo del Saltillo, el Giraldilla y el Giralda, capitaneado por Edu Caro, bebía su Gordon´s con tónica en el tablado La Gitana de la muy ibicenca marquesa de Nájera, la bellísima Marita Fernández de Liencres; comía en El Yate, del gallego de mostachos tan enormes como su buena bodega, Amadeo; y por supuesto las noches en el Playboy, esa boîte legendaria de Pepe Roselló. También venía a Roca Baxa en busca de una partida de mus.

San Antonio es la mejor zona geográfica de las Pitiusas y la visita real será un revulsivo para volver a pensar a lo grande y que renazca cual Ave Fénix, tras los desmanes arquitectónicos y el absurdo servilismo al turismo hooligan.

Y el Portmany de hoy, con sus gentes diversas y amables, descendientes de bravos corsarios con ganas de recuperar la fortuna y gloria que merecen, espera a Don Felipe con enorme ilusión.

¡Viva el Rey!