Si algo nos está dejando estos escasos dos meses y medio de ‘nueva normalidad’ en Ibiza son cifras que realmente asustan y dan mucho que pensar. Sólo el mes pasado se contabilizaron 5.000 parados más que en julio del año pasado. A esto hay que sumar la caída del turismo por la pandemia del coronavirus y las medidas impuestas por los mercados emisores de turistas. En las últimas dos semanas, además, estamos asistiendo a un notable aumento de contagios de coronavirus: solo este jueves se notificaron 72 casos nuevos, el pico más alto notificado desde que se detectó la pandemia el pasado mes de marzo. Desde el primer fin de semana de ese mes de marzo, cuando se hizo público el primer caso de coronavirus, el total de casos acumulados son 321 en las Pitiusas. Una cifra que, en esta ‘nueva normalidad’, no para de crecer, si bien es cierto que muchos de estos casos son leves. Quienes están contemplando este aumento con verdadera preocupación son los profesionales sanitarios. Durante estos meses, los periodistas hemos tenido la oportunidad de reflejar el esfuerzo y el trabajo diario de estos profesionales, además de sus miedos e inquietudes al enfrentarse a un virus desconocido. Muchos de estos profesionales tienen ‘carga mental’ y desgaste emocional porque han vivido días muy duros. Unos días que parece que se están acercando de nuevo y, en el caso de las Pitiusas, a un ritmo más rápido. Por eso, me cuesta tanto entender esta oleada de ‘negacionistas’ que hablan de ‘plandemia’ o ‘coronatimo’ y que siguen a pies juntillas la teoría del chip de Bill Gates, lo que dice Miguel Bosé o la conspiración del 5G y el nuevo orden planetario. Es un discurso peligroso que está calando en la sociedad, no por real sino porque históricamente siempre tendemos a buscar y crear nuestros propios fantasmas y batallas, a veces, para simplemente no aceptar la realidad. La cruda realidad, sin embargo, es que el coronavirus está presente, sigue entre nosotros y la mejor manera de evitar que se expandan los contagios es siendo responsables y teniendo sentido común, algo que parece que a veces no abunda a la vista de los hechos.