Al margen del incesante aumento del número de nuevos afectados en la ya indudable segunda oleada del coronavirus, la noticia de la semana ha sido sin duda la reunión mantenida por el Presidente del Estado, con la Presidenta de la Comunidad de Madrid. La grave situación en la que está de nuevo inmersa esta comunidad autónoma, a la cabeza de Europa como región más afectada y con escasas posibilidades de que vaya a mejorar a corto plazo, ponen en evidencia la incapacidad del tripartito que la gobierna y la tardía reacción del ejecutivo central.

Si bien es cierto que más vale tarde que nunca, la opinión mayoritaria es que esta reunión debería haber tenido lugar mucho antes. La sensación de que nuevamente se ha esperado demasiado a reaccionar ante lo que venían siendo señales inequívocas del agravamiento de la situación, esta instalada en buena parte de nuestra sociedad.

No cabe duda, que todo aquello que sirva para una mejor y más efectiva coordinación de actuaciones de las diversas administraciones públicas a todos los niveles, debe ser claramente positivo en la lucha contra la pandemia; lo que resulta imprescindible es que de estas reuniones salgan decisiones urgentes y mucho más efectivas que las que se han venido aprobando hasta la fecha.

El simple reconocimiento del gobierno de la Comunidad de Madrid, de la necesidad de ayuda para hacer frente a esta segunda oleada de contagios y la aceptación por parte del Gobierno del Estado a colaborar; ya es un dato positivo. Lo que ya resulta más difícil de digerir, es la intervención del todo surrealista de la presidenta Díaz Ayuso, en la rueda de prensa posterior a la reunión con el presidente Sánchez.

La presidenta de Madrid, no hizo ni el menor amago de autocrítica sobre la gestión de su gobierno, ni asumió ninguna responsabilidad en relación a todos los problemas que de forma grave afectan a su región. Lo que sí hizo fue responsabilizar a terceros de todas las dificultades que esta teniendo Madrid para contener la pandemia y de los numerosos problemas con los que se encuentra el ejecutivo autonómico para afrontar una nueva situación de caos sanitario, con un nuevo colapso hospitalario.

Siguiendo en su linea habitual, Díaz Ayuso lanzo balones fuera y reclamo la necesidad de autorizar la contratación de médicos extra comunitarios ante la falta de facultativos en nuestro país. Se le olvida a la presidenta madrileña que en su momento fueron su partido y sus dos socios de gobierno, quienes tumbaron una propuesta que proponía precisamente esa posibilidad en caso de que fuera necesario. Tampoco parece querer saber que su comunidad autónoma es una de las que menos paga a los médicos, ni recuerda la cantidad de facultativos que llevan años trabajando con contratos precarios de meses, semanas o incluso días.

Díaz Ayuso debería tener muy presente antes de lanzar dardos a diestro y siniestro, que fue precisamente su partido el que abanderó en todos los territorios donde ha gobernado importantes proyectos de privatización de la sanidad, recortes drásticos en atención hospitalaria y primaria; siendo precisamente Madrid una de las comunidades más afectadas por este tipo de políticas, que tenían como único objetivo favorecer la sanidad privada en detrimento de la publica.

Nada ha dicho de todos los contratos temporales a los profesionales de la medicina, que se firmaron durante el estado de alarma y que se apresuraron a dar por finiquitados, incumpliendo todas las promesas de renovación que se habían anunciado. Ahora vuelven a necesitarlos.

Curioso resulta también que desde la comunidad autónoma y a la hora de solicitar la colaboración del Estado, pongan por delante la necesidad de incrementar el número de policías nacionales y guardias civiles en su territorio. Parece mentira que ni estando con el agua al cuello, se den cuenta que lo prioritario es reforzar la atención primaria que ya esta desbordada, ademas de incrementar sustancialmente el número de rastreadores, claramente insuficiente para hacer frente a la situación actual.

De nuevo resulta imprescindible aunar esfuerzos para hacer frente a esta maldita pandemia. Superarla será difícil mientras se sigan priorizando los intereses políticos a los sociales y sanitarios.